domingo, 8 de septiembre de 2013

JJOO 2020: España tendrá que esperar

Una vez más, y ya van tres consecutivas, los miembros del COI han decidido que la candidatura de Madrid no es la más adecuada para albergar unos Juegos Olímpicos, decantándose esta vez por la ciudad de Tokio. Y a medida que van pasando las horas tras la comunicación del veredicto, veo cada vez más razones para justificar esta decisión.

Aunque las muestras de confianza que mostraban nuestros representantes y periodistas hacían suponer que estábamos ante una empresa fácil, la realidad era bien distinta: competíamos contra Estambul, Tokio, contra nuestras carencias y, en mayor o menor medida, contra París, pues la capital francesa presentará una candidatura fuerte en 2024 y nos chocamos con aquella regla no escrita que impide dos celebraciones consecutivas en el mismo continente. Si esto os parece demasiado rebuscado, preguntaos cuántos miembros del COI que apoyen firmemente la candidatura de París (no pocos, a buen seguro), votaron ayer por Madrid.

Como no podía ser de otra forma, fuimos ilusionados, aunque no sé si tanto como sugerían las encuestas. Nunca me creí el 91% de apoyo que dijo TVE, ni el posterior 95% al que ascendimos a lo largo de la tarde. Se me antoja uno de esos datos extraídos de una encuesta con un censo de población hábilmente elegido: no es lo mismo hacer la encuesta a las puertas de un estadio deportivo tras la celebración de un evento, que realizarla una mañana de martes en un distrito financiero. Al igual que no es lo mismo sondear un barrio obrero que uno acomodado, signifique lo que signifique acomodado.

En cualquier caso, entiendo la necesidad de mostrar al mundo que el país entero está implicado en el proyecto y siente que su candidatura es solvente y tiene todas las garantías de éxito. Lo contrario estaría condenado al fracaso, desde el minuto cero.

Pero yo creo que la realidad siempre fue otra: en un país arruinado, en el que hemos sufrido recortes en todos los servicios públicos, desde los más prescindibles hasta los más estructurales (sanidad, educación, justicia), la idoneidad de emprender un proyecto como éste es muy cuestionable.

Aún así, haciendo el esfuerzo de mirar, por un momento, hacia otro lado, la idea me seducía: ya me veía a mí mismo, junto a mi santa, consumiendo íntegramente las vacaciones del año 2020 en Madrid, con entradas para la mayoría de partidos de baloncesto, tenis, balonmano, con visitas esporádicas al judo, halterofilia, esgrima y con abono completo, faltaría más, para la natación, gimnasia y atletismo. Y claro, es un chasco.

¿Qué ha pasado? ¿Tan mal lo hicimos ayer? No. En absoluto. La presentación es un paripé. A mi edad ya no me creo que los ponderados miembros del COI, que han dedicado tanto tiempo a visitar las sedes y a razonar y debatir sobre el particular, no acudieran ayer a Buenos Aires con una decisión firme e inquebrantable. Por otra parte, tampoco nos ayudó la exposición de un Mariano Rajoy que evidenció al mundo su incapacidad para hablar inglés y la actuación de Ana Botella, que encarnó fielmente el papel de una sobreactuada niña de ocho años en la función de fin de curso de inglés de tercero de primaria, si es que se imparte inglés en tercero de primaria. Mientras ella hablaba sobre el relaxing café con leche, yo la oía decir "this summer, I will go on vacation with my parents". Pero pelillos a la mar, nuestra pareja de pívots lo compensó todo.

Con la cabeza fría, nuestros representantes no aciertan a comprender cómo ha podido suceder. No se lo explican. Pero es muy evidente: para poder creer en esto, hemos tenido que abstraer tanto nuestras lacras que hemos llegado a olvidarlas. Y no son pocas: crisis económica (país arruinado, recortes, gobiernos que mienten una y otra vez a los ciudadanos), corrupción (al margen de si nuestro presidente está finalmente implicado o no, lo que es innegable es que el tesorero del partido que nos gobierna está entre rejas), dopaje (debe ser difícil entender el veredicto de la Operación Puerto fuera de nuestras fronteras, así como otros muchos casos de menor enjundia; que sí, que Nadal y Gasol son limpios y no se dopan, pero hasta el más cruel de los asesinos en serie deja personas vivas). La imagen que transmitimos al exterior, siempre menos dispuesto a hacer condescendencias, nos hace un flaco favor.

Todas estas circunstancias, están aproximando a España a ese contexto de países subdesarrollados a los que también hay que hacer concesiones, vive Kofi Annan, pero de forma excepcional.

Así, la nutrida delegación española volvió cabizbaja. Una expedición compuesta por personalidades del mundo del deporte, la política, incluso de la cultura, como la actriz Amaia Salamanca que fue elegida para gritar Gasooooool si salíamos elegidos, emulando a la gran Penélope Cruz en la gala de los Oscars de 1999.

Otra vez será. Quizá cuando seamos capaces de regalar otro tipo de portadas al New York Times.

2 comentarios:

  1. Absolutamente de acuerdo con tu análisis. Yo soy una de las que no estaba a favor de los JJ.OO en Madrid, principalmente porque no confío ni en la capacidad gestora ni en la honestidad para hacerlo de nuestros políticos, y estoy convencida (sin presunción de inocencia) de que habría sido una oportunidad más para meter el cazo a manos llenas y malversar.
    La supuesta ilusión de la gente la fomentan y la crean desde arriba, como cualquier estado de opinión. No creo que hoy sea día de luto nacional.
    El video de Ana Botella no tiene pérdida, debería pasar a la colección de imágenes de primero de inglés de cualquier centro de enseñanza dentro de un módulo de "Motivación para aprender. Cuando sí se hace el ridículo hablando inglés"
    Espero que sigas escribiendo. Se te echaba de menos.

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  2. Todo dicho. Sin duda. Lo unico que se puede anadir es agradecimiento al COI porque yo me encontraba algo indignado, con dirigentes fuera de control, que insisten en lo bonito que es ir a los toros en lugar de centrarse en lo que realmente importa. Tu ultima frase se merece un "amen brother".

    (perdon, escribo con un cacharro que me impide poner acentos, que la tecnologia yankee es asin)

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