viernes, 16 de diciembre de 2011

Nuevas experiencias

Hoy, como cada año, asistiré a la tradicional comida navideña con mis compañeros y amigos del alma. Sin excepción, esta cita se presenta periódicamente en forma de maratón de carcajadas, comida, alcohol y buen rollo.  Hoy, por tanto, no iré a la piscina. El miércoles tampoco fui, con el fin de acelerar el proceso de curación de un catarro que ponía en jaque mi presencia en el evento de hoy. Sigo resfriado, pero creo que aguantaré el tirón. Hang in there, baby!


domingo, 22 de mayo de 2011

Yo también estoy indignado

Demostrando una vez más que las redes sociales sirven para algo más que hacer clic en un enlace que reza "Me gusta el bocadillo de Nocilla", los ciudadanos de este país, jóvenes y no tan jóvenes, de izquierdas y de derechas (y también mixtos, indefinidos, etc.), de pelo largo o pelo corto (o ausencia del mismo), del Madrid o del Barça (o del Valencia, Sevilla, Eibar, etc.) han aunado sus fuerzas, saliendo a la calle para protestar contra una situación que consideran perjudicial para sus intereses. Para nuestros intereses. Desde aquí, me uno incondicionalmente a estas "silenciosas" protestas, pues mi descontento con el sistema en el que vivimos, los políticos que nos dirigen, una gran parte de los medios de comunicación que nos informan y el panorama al que estamos abocados, no puede ser mayor.


domingo, 10 de abril de 2011

Habemus tele

¡Huy! ¡Pero si yo tenía un blog! ¿Se me había olvidado? ¿Se ha convertido en una víctima más de mi inconsciente desinterés hacia todo cuanto no representa una novedad? Sin duda, habré de poner más empeño en encajar las piezas del complicado rompecabezas que supone maximizar el aprovechamiento de mi escaso tiempo libre.

En estas tres semanas de ausencia bloguera han sucedido unas cuantas cosas. Relatémoslas con una mezcla de importancia y cronología:

1) Regresé con éxito del viaje que me tuvo por tierras gallegas durante una semana, concretamente en la ciudad de La Coruña, en la que no omitir el artículo es equivalente a llevar una camiseta que diga "no soy gallego". In other words: un gallego nunca diría La Coruña, siempre Coruña. Debe ser algo parecido a lo que ocurre con Las Vegas en EEUU.

Lejos de las intenciones de mi viaje estaba escrutar el número de artículos y preposiciones utilizado por los autóctonos en sus conversaciones cotidianas: fui a visitar a la familia que tengo por allí, y a asistir cuanto pude en la exitosa intervención quirúrjica a la que se sometía uno de ellos. Bueno, dicho así parece que estuve dándole el bisturí al cirujano. Ya me entendéis.

2) El pasado domingo 3 de abril se registraba el primer abandono de mi carrera deportiva en Orientación. Un minucioso análisis de lo ocurrido nos llevaría a concluir que el fracaso del domingo comenzaba a fraguarse el jueves: al encontrar los primeros huecos ya ocupados, hube de inscribirme a las 10:46, retrasando mi hora de salida en unos cuarenta minutos respecto a mi hora de salida habitual. En otras palabras, tuve menos tiempo del que suelo tener para completar la prueba.

Tal vez debería haberme olvidado del reloj y, de forma relajada pero no exenta de concentración, haber acometido la prueba sin prisas. Pero no. Salí corriendo como pollo sin cabeza (© Agustín) y me convertí en un error andante. Me equivocaba y me perdía invariablemente, desde que tomé la salida hasta que consumé mi abandono. Un detalle pormenorizado de todos mis errores requeriría un artículo entero.

3) Desde hace aproximadamente un año, me viene sucediendo un episodio de forma cíclica e irregular: cada mes, más o menos, decido que me voy a comprar una tele. Evalúo distintas opciones, pido consejo a amigos entendidos en la materia, consulto foros, analizo la eterna dicotomía Plasma vs LED, etc. Al final, son tantas las posibilidades y las variables a considerar, que acabo por aturullarme y, al grito de "¡a tomar por culo!", desisto, conservando mi JVC con sus 29'' y su culo gordo. 100Hz, eso sí. Cuando la compré, era una joya. 500 euros me costó.

Esta vez, el calentón ha sido definitivo. Tras emplear las 24 horas del día durante una semana completa a tomar la decisión, he conseguido decantarme por un modelo y hacerme con él. Se trata de la nueva Samsung D8000, por la que el viernes di una señal de 100 euros, abonando el resto al transportista que vendrá a traérmela el lunes. ¡Estoy impaciente! ¿Se verá bien mi nueva tele? Apuesto a que sí.

Ya he comprado patatas y frutos secos para estrenarla como se merece: con fondo verde.

sábado, 19 de marzo de 2011

La intervención militar en Libia

La figura del dictador se caracteriza por establecerse en el poder, generalmente por la fuerza, sin valorar el rechazo de gran parte de su pueblo y de la comunidad internacional. Acceden a la poltrona tras una guerra o de forma hereditaria y se perpetúan en ella, censurando y castigando a todo aquél que ose cuestionar su supremacía.

En el norte de África, en los últimos meses estamos presenciando revueltas del pueblo contra sus "líderes". La gente está harta y ha salido a la calle. Nadie es ajeno a cuanto está ocurriendo.

sábado, 12 de marzo de 2011

El día nacional del pisco chileno

Desde el año 2008, cada 15 de mayo se celebra en Chile el Día Nacional del Pisco Chileno. El país austral rinde homenaje en este día a una de sus más antiguas bebidas, no exenta de cierta polémica por aquellas tierras ya que los peruanos reclaman para sí la originalidad del producto.

La realidad, pese a las protestas peruanas, demuestra que la producción de este característico aguardiente de uva en los campos chilenos data del siglo XVI -cuando se realizaron las primeras plantaciones en la ciudad de La Serena- y que su producción anual es ampliamente superior a la obtenida por su vecino del norte.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Para ser conductor de primera: ¡freeeena, freeeena!

Hace unas semanas se anunciaba una nueva medida extraordinaria del gobierno y, como es preceptivo en estos tiempos de gatillo fácil e invariable condena, la maquinaria demagógica se puso en marcha sin demora.

Yo lo confieso: no tengo ni idea de cuánto se va a ahorrar con la nueva limitación de 110 km/h impuesta a partir del 7 de marzo de 2011 en nuestras autovías y autopistas. Tampoco fui invitado a ninguna de las reuniones del gobierno en las que se fraguó la decisión, por tanto, no puedo revelar intenciones ocultas -como el incremento de la recaudación en concepto de multas de tráfico- de la misma. Por lo leído, observado y escuchado en los últimos días y haciendo una estimación, diría que en cada una de esas reuniones había diez o quince millones de personas, pues todo el mundo cree saber sabe a ciencia cierta mucho más de lo que el gobierno ha publicado. Diría que esto ocurre en casi todos los asuntos de cierta repercusión.

domingo, 6 de marzo de 2011

Sensaciones habituales

Hay ciertos episodios que se repiten a lo largo de nuestra vida, una y otra vez. Golpear salvajemente con el siempre vulnerable dedo meñique la dura pata de una mesa, beber un trago de agua cuando la sed nos castiga con fiereza o sentarnos en el trono a poner un huevo por la mañana, son momentos que tienen lugar con cierta regularidad, por más que intentemos evitar algunos de ellos. Su denominador común es que todos nos producen una sensación característica.

Ayer, mientras pasaba la aspiradora y escuchaba música, entendí una estrofa de una canción que nunca había entendido. O, mejor dicho, que siempre entendí de otra forma, con profundo convencimiento de que así era. Y me puse a pensar en la cantidad de cosas que, de críos, aceptamos de cierta forma sin cuestionarnos. Posteriormente, algo más creciditos, reparamos en nuestro error y se nos crea un sentimiento contradictorio -y característico-: "¿cómo he podido creer algo durante tanto tiempo y estar equivocado? ¿Cómo reemplazo ahora una creencia tan firmemente establecida?". Para informáticos: ¿cómo modificamos algo que tenemos almacenado en nuestra ROM?

viernes, 4 de marzo de 2011

Mourinho y la hipocresía

Allá por el mes de septiembre, se inició uno de esos absurdos cruces de declaraciones que tan escasamente nos suelen enriquecer. Procuro hacer caso omiso de todas estas banalidades, pero hay episodios que, a mi juicio, no deben pasar desapercibidos. Los protagonistas fueron Jose Mourinho, entrenador del Real Madrid, y Manuel Preciado, técnico del Sporting. El desencadenador, como no podía ser de otra forma, el primero de ellos. El portugués aseguraba que su máximo rival, el Fútbol Club Barcelona, parte con ventaja pues sus rivales no compiten contra ellos con la misma intensidad con la que se enfrentan al equipo capitalino. Y materializaba sus quejas en la figura de Preciado, al afirmar que presentó un once cargado de suplentes en el Camp Nou.

Por otra parte, en los últimos días Mourinho ha insinuado que todos los habitantes del planeta, excepto él, somos unos hipócritas.


miércoles, 2 de marzo de 2011

La opinión en la prensa deportiva

Durante toda mi vida he sido un gran consumidor de prensa deportiva. Con ocho o nueve años -o tal vez antes-, ya me gustaba comprarme el AS, que recuerdo costaba treinta y cinco pesetas de las antiguas pesetas. Por aquel entonces, al no haber recibido educación futbolera partidista en casa, simpatizaba con el equipo por defecto -léase la polisemia del término- de todos los españoles: el Real Madrid. Sí, tengo que reconocerlo. Durante algunos años de mi vida me deleitaba con los goles -con posterior voltereta o lo anulaban- de Hugo Sánchez, las fintas del Buitre y las incursiones por banda de Míchel. Menos mal que crecí...

Años después, el aterrizaje de Cruyff en el banquillo del Barça se alineaba con mi llegada a los 12 años. A esa edad se me abrieron los ojos y, de forma progresiva, fui tiñendo de azul y grana mis otrora blancos paños.

martes, 1 de marzo de 2011

Curando lesiones

Hace un ratito volvía a casa tras la primera de nosecuantas sesiones de fisio, prescritas por el médico con el firme objetivo de averiguar si estoy viejuno o si tengo una lesión transitoria de la que pronto me recuperaré. Confío en que el veredicto apunte a la segunda opción o, al menos, a una combinación de ambas.

El lugar, una de esas clínicas de fisioterapia en las cuales reina la paz: hilo musical, apenas una o dos personas transitando por ahí, todo muy ordenado, muy cálido.


domingo, 27 de febrero de 2011

Orientación en La Marina

Domingo. Siete de la mañana. Suena el despertador. Estamos locos.

Cuando el reloj alcanzaba la escarpada cima de las ocho de la mañana, Gema y yo recogíamos a mi amigo Agustín -a quien veréis aparecer con cierta frecuencia en los comentarios de este blog- en su casa, y nos dirigíamos a La Marina (Alicante), donde tenía lugar una nueva carrera de orientación, organizada esta vez por la Universidad de Alicante, lo que ha propiciado que concurriera al evento un gran número de jóvenes universitarios y universitarias. Además, la carrera era la cuarta del año puntuable para la Liga Regional de Murcia y valedera también para la Liga de la Comunidad Valenciana, el Campeonato Autonómico de Deporte Universitario y el Campeonato Escolar de la Comunidad Valenciana. Ahí es nada...

sábado, 26 de febrero de 2011

Psicología de andar por casa

Disponemos de una gran abundancia de recursos que nos enseñan técnicas para cultivar nuestro cuerpo. Desde el más básico mantenimiento hasta la más avanzada musculación, podemos optar por un sinfín de tablas de ejercicios que mantendrán nuestro cuerpo fat-free, cuanto menos.

Más dispersas y confusas se nos muestran las opciones para el perfeccionamiento de nuestra mente. ¿Acaso es menos importante ser feliz con nosotros mismos que tener un cuerpo diez? ¿Estamos tan obsesionados con mitigar ese antiestético michelín que no alcanzamos a comprender que lo que nos atormenta no es realmente ese pliegue de gordura (según dicta la RAE en la definición de michelín) sino la profunda autoincomprensión de la que adolecemos?

jueves, 24 de febrero de 2011

Periodismo del bueno en la sierra andaluza

Motivado por la admiración que profeso al brillante trabajo que realizan los chicos de El Mundo Today, intenté ponerme en contacto con una de sus redactoras con el fin de concertar una entrevista para EBDJASA.

No fue difícil localizar a Angelita, quien compagina su tarea de escritora y reportera con la de profesora de apoyo en un instituto de Puebla de Don Fadrique (Granada). Allí nos recibió el pasado viernes alrededor de las once de la mañana, cuando acababa de impartir su última y única clase de ese día.

miércoles, 23 de febrero de 2011

El 23-F: una fecha clave

En el año 1981, el día 23 de febrero se hizo un hueco en la historia de las fechas célebres de nuestro país. Desde aquel día, los medios de comunicación repiten año tras año las mismas imágenes, los mismos sonidos, los mismos textos. No me parece mal, pese a lo reiterativo. Es parte de nuestra historia y veo razonable que, al menos, dediquemos un día al año a recordar cada uno de nuestros puntos de inflexión.

En lo personal, la fecha del 23-F es importante por otro motivo. Justo cuatro años antes de la entrada de Tejero en el Congreso de los Diputados al grito de "to el mundo al suelo", nacía uno de los mejores amigos que he tenido en toda mi vida.


lunes, 21 de febrero de 2011

Los magos del Diario As

La prensa española sigue acumulando éxitos. Hoy, el Diario As nos ha regalado una nueva muestra de desfachatez e indecencia para añadir a la colección: una de las manipulaciones más evidentes de las que tenemos constancia en los últimos tiempos.

domingo, 20 de febrero de 2011

Nueva prueba superada

Pese a haber hecho la peor puntuación en lo que llevamos de temporada -sólo son 43 puntos los que añado a mi ranking-, de nuevo el balance es positivo. Al igual que en la ocasión anterior, partía con la finalización de la carrera con pocos errores como único objetivo. Me voy satisfecho, pues considero que he cumplido este objetivo tan subjetivo. Voy consolidando conocimientos, cometiendo cada vez menos errores. Poco a poco.

jueves, 17 de febrero de 2011

Por favor, no nos quiten la ficción

Alberto Cerúleo es un chico simpático. Sabe hacer reír a sus amigos, a sus padres, a su abuela, a sus compañeros de trabajo. Además, pertenece a ese selecto grupo de personas que siempre tienen la frase adecuada en el momento preciso. Capaz de resolver conflictos y, reconozcámoslo, con una habilidad innata para generarlos -y salir fortalecido de ellos-, Alberto es el ejemplo de líder. Enamoradizo como pocos, la vida le ha ido arrastrando de amor en amor, con el sufrimiento final como denominador común de todos ellos.

El miércoles pasado estaba sentado en su banco favorito del muelle, como cada día de la semana. Se dirige allí todas las noches con el único fin -aunque él no lo admita- de incrementar su frustración: la ve pasar, alegre y despreocupada, del brazo de su amado; sonríe, suspira, deja volar su imaginación durante veinte segundos -tal vez sean veinte minutos, el tiempo se detiene- y vuelve a casa, caminando con los hombros encogidos y las manos en los bolsillos jugando con dos monedas, mientras sus pensamientos planean en el cielo de sus deseos.

Algo debió ocurrir el miércoles pasado: ella no apareció. Era la primera vez que esto ocurría desde que Alberto acudía a aquel banco. Presa de los nervios, anduvo alrededor de su banco dando pasos confusos y desorientados, hasta que decidió recurrir a uno de los más socorridos trucos para retrasar -y multiplicar- la frustración: el alcohol. Se dirigió al bar más cercano, aquel al que nunca había entrado porque era un bar de viejos, y pidió un whisky con hielo. Tres lingotazos después y tras haber justificado su desazón con sumo detalle ante el resignado camarero, encendió un cigarro y respiró hondo.

Ahora, varios días después, Alberto Cerúleo debe pagar 30 euros de multa por fumar en un bar. Yo no pagaré esta multa porque no soy Alberto Cerúleo, soy Juan Antonio S.A. Alberto Cerúleo no puede pagar la multa porque es un personaje de ficción y, como tal, no existe en la realidad. No tiene más derechos ni más deberes que los que su creador, yo en este caso, quiera otorgarle. ¿Quién pagará la multa? Nadie, espero.

Confío en que se imponga la cordura y el razonamiento del párrafo anterior se aplique al incidente que ha originado el relato de Alberto Cerúleo.

Si nos quitan la ficción, ¿qué nos queda?

miércoles, 16 de febrero de 2011

Prensa manipuladora 2.0

Como ya sabéis, por sugerencia de mi Gema, hemos empezado a reunir la colección de libros titulada "Las Claves de la Ciencia", de la que El Mundo vende un ejemplar cada domingo de forma conjunta e inseparable con el periódico. Cada semana, bajo a por el libro e intento renunciar al periódico, solicitud que el kioskero rehúsa tajante diciendo que "el libro va con el periódico". Por si su respuesta no fuera suficiente, esgrime unas amenazadoras tijeras que me hacen retroceder dos pasos, temeroso de un mal mayor; alejada mi presencia, y en un arranque de ira incontrolable, recorta un trozo del periódico que él llama "el cuponcito". Al parecer, debe destrozarme el periódico para que no le revoquen la licencia de armas, o algo así.

De vuelta en casa, cuando hojeo el periódico siempre encuentro algún que otro artículo cuya lectura atenta u oteo fugaz me hace pensar: "¡Qué disparate! Esto lo contaré luego en el blog". Unas veces lo cuento y otras lo descarto, bien porque prefiero contar otras cosas o por pensar que el mencionado disparate únicamente toma tal cariz sólo desde una perversa subjetividad que prefiero evitar.

El domingo pasado, venía -en uno de los suplementos- una entrevista a Rufino Etxeberría, piedra angular de Sortu, la nueva formación política que representa los ideales de la izquierda abertzale.

El titular de esta entrevista es alarmante: "Nos guiamos por lo que dice ETA". ¿Qué? Afloran las contradicciones on my mind: ¿cómo pudieron decir el otro día que rechazaban la violencia en general (includa la de ETA) y que no tenían nada que ver con ETA y ahora decir que se guían por ellos? ¿Mintió? ¿Miente ahora?

Leamos el artículo.

No sé si reírme o llorar. No sé si indignarme o pensar que es más de lo mismo, una manipulación más, y no darle importancia.

¿Sabéis qué quería decir realmente Rufino con esa frase? Que él no ha hablado con ETA directamente, pero que tiene la sensación de que esta vez la tregua va en serio. ¿Por qué? Porque ETA lo ha dicho, y ellos confían en esto. Se basan (= guían, en este contexto) en lo que dice ETA para concluir que renuncian a la violencia.

¿Es esto lo que insinuaba el titular? ¿Qué pretendía el periodista? ¿Qué porcentaje de la población lee sólo los titulares del periódico? Me temo que es alto. Jugando a adivinar, yo diría que por encima del 70%. Esto significa que la mayoría de la ciudadanía llegó al bar diciendo "¿ves Ramón? ¡Lo que yo te decía! Es la ETA la que manda en el nuevo Batasuna ese...". ¡Objetivo cumplido! ¡Brillante ejercicio periodístico!

Por un motivo u otro, descarté reflexionar aquí sobre este asunto. Tal vez pensé que la interpretación era producto de aquella subjetividad perversa. Hasta ayer.

Ayer, el gran Ignacio Escolar reflexionaba sobre este asunto. Se lo dije a mi Gema y me dijo, entre risas, "te ha pisado la idea, ahora si lo escribes pensarán que te has copiado". Le contesté que "no, al contrario, me alegro: si uno de los referentes del periodismo actual se ha dado cuenta de esto, no iba yo tan desencaminado...". Si alguien piensa que he copiado la idea, me la suda. Los que me conocen saben que no es así, y con eso me basta.

Para terminar, otra perlita. Periodista Digital dice que es Escolar quien manipula. Ahora resulta que Escolar "vitupera todo lo que no se publique en Público, diario siervo de Zapatero..."

Vivir para ver...

lunes, 14 de febrero de 2011

Ganando 52 euros sin (apenas) moverme del sillón

AVISO IMPORTANTE: nadie va a encontrar aquí un remedio milagroso que pueda poner en práctica en beneficio propio.

El viernes, tras dar por concluida la siempre extenuante semana de trabajo, llegué a casa y me encontré dos sorpresas: una cartita amenazadora de nuestra querida UNED en la que me exigen el ingreso de 32 euros, en un PLAZO IMPRORROGABLE DE DIEZ DIAS (transcribo las mayúsculas, literalmente), si no deseo que den al traste con mi aventura de estudiante, reanudada una vez consolidada mi posición en el mercado laboral. El concepto del nuevo pago: pago complementario de matrícula. ¿Ein? ¿Una asignatura concreta de repente cuesta 32 euros más y las otras tres siguen valiendo lo mismo? Por otra parte, la segunda y no menos inesperada sorpresa se materializaba en forma de cargo en la cuenta: los del cable me cobran 20 euros, como quien va a la cárcel sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar las veinte mil pesetas.

Pospuesta la resolución del primer particular para el lunes (por ser en exceso extraña la presencia de trabajadores en el ente universitario un viernes a las cuatro de la tarde), me dispongo a aclarar el segundo entuerto. Estimo imposible un derroche de 20 euros en llamadas, pues mis llamadas de pago se redujeron a felicitar el cumple a mi sobrina, y a algún que otro telefonazo a los 902 de turno. Las incluidas en tarifa plana, no cuentan.

Me dirigí al local de los del cable, y aclaramos el tema: se habían equivocado y en lugar de anotar 1,75 euros en llamadas, habían grabado 17,75. ¡Toma castaña! Pues nada, que me lo devuelven. Y ya de paso, aprovechando el sentimiento de culpabilidad del eficiente empleado, consigo que me adelanten la duplicación de la velocidad de Internet, prevista para las próximas semanas. Nunca mejor dicho: no hay mal que por bien no venga. Me abonarán los 20 euros (aproximadamente) y ya no se me cortan los streaming.

Recibimos al lunes sin todavía extinguirse del todo los vapores etílicos y morcillílicos de la fiesta de cumpleaños de mi suegro. ¡60 tacos! ¡Ahí está el tío! ¡Y se sube las montañas con la bicicleta que parece Virenque!

Llamo a la UNED. Tras un previsible estira y afloja en el que me intentaban convencer de que YO era quien estaba haciendo el cálculo mal, consigo una respuesta esperanzadora: "me tomo nota y que lo vea luego mi compañera; ella te llamará". Chachi. Al rato, me llama la compi. Me explica que se trata de un error. Inicialmente, en la matrícula realizada en septiembre, se calculó correctamente una reducción de un 20% en el precio de una asignatura, al no haber tutorías de ésta. Ahora, tres meses después, y tras realizar un minucioso recálculo en busca de morosos y anomalías en general, el programa no ha funcionado bien, decidiendo esta vez, porque sí, porque yo lo valgo, que no procedía el descuento del 20% y que les adeudo 32 euros. Lo que mi reducida sesera no consigue discernir es: ¿por qué en estos casos no generan una incidencia y las revisan todas antes de enviar amenazantes misivas? ¿Convertirse en alumno implica la aceptación de este tipo de decisiones unilaterales? Al menos, me ha pedido disculpas, y me ha dicho que rompa la carta. Conclusión: he ganado 32 euros. Bien está lo que bien acaba.

viernes, 11 de febrero de 2011

El desengaño del crecimiento

De bebé pasé a ser niño; de niño a adolescente; de adolescente a jovenzuelo; de jovenzuelo a joven; de joven a todavía joven pero ya no tan joven; y creo que por ahí vamos ahora. El denominador común de estas etapas siempre ha sido mi respeto y sagrada admiración por algún sector de la población y/o sujetos concretos; inicialmente confinado a mi entorno -capitaneado éste por padres y hermanos- y ampliando miras progresivamente para ir descubriendo personajes como Rosa León, Torrebruno, Espinete, Isabel Tenaille, Gloria Fuertes, José María García y tantos otros a los que yo iba asimilando como adalides del campo que representaban.

Dicha admiración me ha llevado siempre a tener fe ciega en sus actos, palabras y decisiones. A no juzgarles ni cuestionarles. A defenderles a ultranza. Siempre creí que las personas situadas en la cima de un colectivo o institución son capaces de realizar su función mejor que nadie.

El inexorable paso del tiempo nos va poblando de arrugas, achaques y, sobre todo, de desengaños. Lo que en su momento creímos blanco ahora lo vemos negro, y viceversa.

De todas las personalidades admiradas en mi -corta o larga según con quién se compare- existencia, aquellos que siempre han merecido un respeto mayor, a mi juicio, son los políticos. Se me antoja una labor tan sumamente trascendental y complicada, en todos los aspectos, que les percibo como seres de otro mundo; su inteligencia trasciende la mía, de largo. Pero quiero que sea así: soy feliz viéndoles desde esa admiración. Supongo que me reconforta saberme conducido y protegido por superhéroes intelectuales.

Bienvenido, me digo a mí mismo, al mundo del desencanto.

En los últimos tiempos, asisto con enorme perplejidad a las declaraciones públicas que realizan unos y otros. A sus -cuestionablemente sinceras- opiniones emitidas en los medios de comunicación. Si dices algo ante un micrófono estás diciendo, a la vez, dos cosas: 1) esto es lo que pienso y 2) quiero que todos sepáis que esto es lo que pienso.

El objetivo de esta entrada/artículo/post no es hacer una relación de frases célebres. Pero no quiero terminar sin hacer una breve reflexión sobre la gota que ha colmado el vaso del chasco: "si la contaminación de Madrid asfixia, más lo hace el paro". ¿Qué nos quiere decir la actual concejal de medio ambiente de Madrid, Ana Botella? ¿Que si hay un problema grave debemos desatender el resto de cuestiones importantes? ¿Todas las concejalías de Madrid están trabajando intensamente para reducir el paro? ¿También la de Sanidad, por ejemplo?

¿Es permisible que los políticos se expresen con unos índices demagógicos que deberían estar restringidos al bar y a las tertulias telebasúricas?

Presenciar esta clase de episodios, si bien me descorazona por provocarme esa conocida sensación de "se me ha caído un mito" -obviamente, no en la figura de Ana Botella sino de los politicos en general-, no es menos cierto que me proporciona un paradójico efecto reconfortante, demostrándome que si intelectos así pueden alcanzar la cúspide de algo, ¿qué no podría hacer yo?

miércoles, 9 de febrero de 2011

La refinanciación de Cataluña... y del resto

Por si alguien todavía no se ha enterado, una de las últimas polémicas que revolucionan este convulso país es la oportunidad que el Gobierno ha concedido a Cataluña de refinanciar su deuda -concretamente, los préstamos que vencen en 2011-, iniciativa catalogada de denigrante agravio comparativo por diversos analistas y políticos afectados.

Es muy divertido disparar una y otra vez al muñeco, sobre todo si el feriante nos autoriza a tirar sin coste alguno.

Pero yo me pregunto, ¿qué ha pasado aquí realmente? ¿Es tan sencillo esto como que el Gobierno concedió un privilegio a Cataluña -es que nos interesa para que voten a nuestro favor en la reforma de las pensiones y tal, ya sabes- o hay algo más en todo esto? Analicemos tres posibles escenarios:

Fallo de previsión: El Gobierno decide autorizar a Cataluña a refinanciarse, y a nadie se le ha ocurrido que el resto va a querer lo mismo. No sé, son bobos, pero no creo que tanto, ¿no?

Fallo en las formas: El planteamiento del Gobierno es permitir lo mismo a todas las autonomías de forma igualitaria. Como el caso catalán es en este momento -discutiblemente- el más necesitado, lo gestionan sin tranquilizar al resto: "aprobémoslo en primer lugar y a continuación abriremos la veda al resto".

Rectificación: La idea era permitírselo sólo a Cataluña pero, habida cuenta del brote de cólera originado en la zona que ocupo (Murcia y Castilla La Mancha, principalmente), tendremos que dar marcha atrás y a pajera abierta. La diferencia entre este escenario y el primero es que en éste había una intención explícita de ser inecuánime, mientras que el primero es una cuestión de "no habíamos caído".

¿Por cuál de estos casos apostáis?

En cualquiera de los tres, las reacciones de los dirigentes autonómicos ha sido un pelín exagerada, en mi opinión (aunque por otra parte muy consecuente con estos tiempos de crispación continua que vivimos): ¿no parece más lógico hacer la solicitud y si no te la conoceden, entonces quejarte? ¿Por qué asumen todos que van a ser tratados injustamente? ¿Es una cuestión de "vamos a quejarnos pronto, que al último que reclame no le llega"?

Y, al margen de por qué ha actuado el Gobierno de esta forma: ¿nos parece bien que autoricen esta refinanciación? Estoy de acuerdo con que no es de recibo que los gobiernos autonómicos y los ayuntamientos gasten más de lo que ingresan pero, ¿es este caso equiparable al hijo que gastó su paga en chuches el primer día y, para que aprenda, no le conocedemos una paga extra? Yo creo que no, pues las consecuencias de prescindir de elevadas dosis de Peta Zetas y Lolly-Pops durante una semana no son tan negativas como las que provoca la morosidad de las instituciones locales.

Soy partidario de que "quien la hace, que la pague", pero hay que buscar formas de que la pague sin perjudicar a tantos millones de personas.

martes, 8 de febrero de 2011

Batasuna y la división de poderes

La legalización del nuevo Batasuna es un tema realmente complicado que, como casi todo en estos tiempos que corren, está generando opiniones para todos los gustos. Las personalidades del mundo del periodismo, la política y la farándula en general, han tomado las posiciones esperadas desde el principio, sin sorpresas: la izquierda desde su inherente tolerancia y relativa candidez; la derecha, blandiendo el dedillo acusador y la tolerancia cero.

No tengo claro qué opina mi sentido común en este asunto, aunque sí veo dos aspectos que parecen obvios: la legalización de un partido político no depende de si comulgamos con su planteamiento sino de que cumpla o no la Ley de Partidos. Por otra parte, cualquiera diría que los portavoces habituales de medios y (algunos) partidos no han entendido todavía la división de poderes de nuestro Estado en Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Las cuestiones que competen al Poder Judicial, deben ser resueltas por los jueces, y la legalización de un partido político es una de ellas.

Esta aparentemente débil frontera entre los tres poderes es también una de las claves de la Ley Sinde, aunque yo no la mencionara en mi reflexión de hace unos días: no conviene trasladar ciertas cuestiones del Judicial al Ejecutivo. Los asuntos en los que se ve involucrada la propiedad intelectual, son muy complicados y con gran cantidad de matices: deben ser resueltos por jueces, no por una comisión dependiente del Ejecutivo (Ministerio de Cultura, en este caso).

Volviendo al tema de Batasuna, insisto: no sé qué pensar. Por un lado, en su declaración de intenciones afirman condenar la violencia, matizando expresamente que "también la violencia de ETA". Según La Razón, condenan la violencia tibiamente y es ETA quien está realmente detrás de todo esto. Viniendo de donde viene, huele a manipulación. Pero claro, si tenemos en cuenta que Rufino Etxebarria -uno de los artífices de este nuevo proyecto- siempre ha sido uno de los tipos importantes en todas las formaciones políticas anteriores que nunca han condenado a ETA, pues no sé. ¿Debemos perdonarle? ¿Qué pensáis?

domingo, 6 de febrero de 2011

Orientación en modalidad Score

Continuando con mi deseo de compartir con vosotros los escasos conocimientos que poseo de este fantástico deporte que es la Orientación, hoy abrimos un nuevo capítulo: la modalidad Score.

A diferencia de la carrera en línea, en la que el mapa que te facilita la organización de la prueba tiene los puntos a visitar perfectamente unidos, en la carrera tipo Score el corredor puede recorrer las balizas en cualquier orden. Esta característica añade una cierta complejidad a la prueba, ya que no tienes que seguir un sendero preestablecido cual diligente borrego, sino que debes constituir tu propio trazado. Te hace pensar un poco más.

Tras decidir la ruta, las reglas del juego son exactamente las de cualquier prueba: tienes que pasar por todos los puntos. Una vez completada mi primera prueba con esta variante, concluyo que no es excesiva la dificultad que añade.

El mayor foco de complejidad en la modalidad Score procede de la deficiente documentación que tenemos a nuestra disposición. La mayoría de textos enfatizan la facultad del corredor para decidir el orden de los puntos, expresándolo más o menos así:

Score: dícese de la prueba de Orientación en la que el corredor debe recorrer todas las balizas colocadas por la Organización, siendo el corredor quien determina el orden de paso por las balizas.

El acento en la última frase, justificado a todas luces pues es esta característica y no otra la que singulariza esta variedad, ha provocado una alarmante cantidad de problemas a lo largo de los tiempos. La Federación Internacional de Orientación, con sede en Finlandia, está trabajando para reescribir la documentación, introduciendo en ella los matices necesarios para facilitar la tarea de los corredores, tan pródiga en errores. El borrador del nuevo texto, que será discutido y aprobado -o rechazado- en la próxima Asamblea General de la Federación, reza así:

Score: dícese de la prueba de Orientación en la que el corredor debe recorrer todas las balizas colocadas por la Organización, siendo el corredor quien determina el orden de paso por las balizas.

Los defensores de esta modificación aseguran que con el texto actual es lógico que actualmente se produzcan errores, ya que "el corredor va a lo suyo, y no podemos asumir que va a reparar en ese detalle, si no se lo explicitamos", justifica un portavoz de la Federación.

Para muestra, un (Jenson) Button: esta mañana, en la carrera de Pantano de Puentes, en Lorca, apenas un 15% de los corredores era capaz de completar el recorrido en su totalidad. La Federación Internacional espera llegar al 40% de éxito en próximas pruebas, una vez puestas en marcha las nuevas recomendaciones.

Aclaración sobre el 15% del párrafo anterior (para no salir en MalaPrensa): como en una misma prueba coexisten varias categorías y el recorrido es parcialmente diferente entre ellas, el cálculo del 15% lo efectuamos seleccionando a aquellas categorías en las que había que pasar por una baliza concreta (la 31), obviada de forma mayoritaria.

En lo personal, contento: séptimo puesto de entre treinta participantes, en mi primera prueba en solitario por el monte. Acudía con muchas reservas -acojonao- a esta cita, y salgo de ella muy satisfecho, pues he conseguido superar algunos de mis mayores miedos y, pese a haber hecho un tiempo de lo más modesto, estoy muy ilusionado para las próximas citas. Mi rodilla derecha no comparte todas estas alegrías: espero poder levantarme de la cama mañana.

sábado, 5 de febrero de 2011

¿Saldremos de la crisis económica?

Recientemente, en EBDJASA hablábamos sobre la profunda crisis que castiga con fiereza a una gran parte de los ciudadanos de este país. Y como nunca me ha gustado acometer la resolución de un problema si considero que existe otro subyacente sin la resolución del cual, no podemos resolver el principal, me negué a disertar sobre éste sin antes reflexionar sobre aquél.

En aquella entrada, mi mensaje era: sí, hay una crisis económica profunda, los números hablan por sí solos; pero el verdadero problema somos nosotros. Si no actuamos sobre nosotros mismos, estaremos toda la vida aplicando paños calientes en la herida. Y, no sé vosotros, pero yo prefiero ser operado a perennizar el antiinflamatorio.

Y dicho esto, ¿cómo actuamos sobre la crisis económica? Desde la experiencia/conocimiento económico, y el sentido común. De esto me sobra (no tengo abuela), pero de aquello carezco, al igual que la gran mayoría. A ti que eres programador informático: ¿te imaginas a un economista leyendo uno de tus programas y opinando sobre la construcción de tus bucles o la parametrización de tus funciones? O a ti que eres periodista: ¿te imaginas al mismo economista acusándote de abusar del oxímoron?

Pues lo hacemos todos continuamente. Opinamos de lo que no sabemos y, lo que es peor, creemos llevar razón. No estoy en contra de quien opina, al contrario, yo también me incluyo en ese "todos". La recolección selectiva de opiniones -más cualificadas o menos- produce una cosecha intelectual de lo más rica. No obstante, siempre me opondré a quien crea tener la solución a todos los problemas, tratándolos siempre desde el desconocimiento profundo y la siempre presente demagogia.

Algunos ejemplos son: "lo primero que hay que hacer es cargarse a todos los funcionarios que sobran, que son muchos". Quien asevera esto, ¿qué propone? ¿mandarlos a todos al paro sin remisión? ¿Incrementar las cifras negativas de desempleo a cambio de nada? Y otra perlita: "lo que hay que hacer es eliminar los gastos superfluos como, por ejemplo, las fiestas de los pueblos". Y yo me pregunto: si tengo un problema compuesto por otros treinta, ¿cuál debo resolver primero? ¿El que menos consecuencias desata su impopular resolución? ¿O aquél que más me acerca a mi objetivo global? Lo diré con un ejemplo: si tu economía empeora y te cuesta llegar a fin de mes, ¿el primer gasto a suprimir sería el periódico de los domingos?

Naturalmente, yo no tengo la solución. Entiendo que hay que buscar un conjunto de medidas que nos acerquen a la generación de empleo y a reducir el déficit. Y, para esto, no creo que debamos eliminar funcionarios, sino contratar más: construir un equipo fuerte, solvente, cualificado, motivado y capaz de aportar ideas. Gente que sea capaz de profundizar en la verdadera raíz del problema y atacarlo. Necesitamos inventar la figura del cirujano económico.

Este grupo trabajaría también en optimizar procesos: las Administraciones Públicas incurren continuamente en gastos que, con algunos ajustes sin demasiada repercusión, podrían ser mucho menos nocivos para las arcas. Estoy seguro de que se puede ahorrar mucho, sin demasiado trastorno.

Trabajemos a partir de ahí, que no es poco. Y busquemos nuevas formas de exportar lo que tenemos. Reinventémonos.

jueves, 3 de febrero de 2011

Los comentaristas y las reglas del juego

¿En qué condiciones de insalubridad creéis que puede encontrarse un ser humano para comerse una ensalada, un plato de queso parmesano, una abundante ración de macarrones con verduras y atún (con su buena capa de queso gratinado encima), y después ponerse a comer pan solo mientras espera una hamburguesa? Este desorden alimenticio sólo puede estar asociado a quien ha pasado un mes sin comer o al que hace del bocadillo de panceta a las tres de la madrugada su bandera. Si añadimos que ha tardado siete segundos en engullir un postre y medio, el ejercicio se complica. Sobrino, eres mi héroe.

Esta tarde, mientras veía el primer partido de cuartos de final de la Copa de España de Fútbol-Sala me afloraban dos reflexiones de esas que no cambiarán el mundo:

Detesto a los comentaristas graciosillos


Intentemos elaborar una tipificación de comentaristas, válida para cualquier deporte:
    1. El soso. Sobrio, sin concesiones. Se limita a decir quién lleva el balón (en el caso del tenis sólo diría: "quince-treinta" o "en la línea"). Estilo en desuso, especialmente tras la jubilación de José Angel de la Casa. Todo un estandarte fue Héctor Quiroga.
    2. El graciosillo. Larguísima lista. Generalmente suelen tener muy poca gracia y parecen no darse cuenta.
    3. El soso que intenta ser graciosillo. Siempre fue soso, pero tras ponerle al lado a un comentarista especializado (por ejemplo, Corretja) que le suele vacilar, intenta espabilar y añadir sus propios chascarrillos (su lema es: "hey, yo también puedo ser guay!").
    4. El revolucionario. Me vienen a la cabeza dos nombres: Ramón Trecet y el malogrado Andrés Montes. O les adoras, o les odias. Se caracterizan por haber implantado un estilo propio, muy dificil de imitar.
    5. El soso que intenta ser graciosillo y vive a la sombra de un revolucionario al que quisiera imitar. Por ejemplo, el comentarista de La Sexta, Antonio Esteva. Estar a la sombra de un revolucionario siempre es difícil. Cuando empezó este chico, no parecía tener muy claro si tenía que usar los mismos apodos de Montes. Ahora que es él mismo, lo hace mejor.
Esta clasificación, tan precisa y subjetiva como otra cualquiera, me sirve para emplazar a Méndez y Duro, comentaristas de Marca TV en las retransmisiones de fútbol-sala, en el Tipo 2. En ocasiones, me da la impresión de que creen estar en el bar.

Sigo palpando en ellos ese tonillo que suele caracterizar a los comentaristas de fútbol-sala, que parecen encarar las retransmisiones con la filosofía de "vengo estresado de comentar fútbol (sean partidos en directo o tertulias), y aquí, como esto no lo ve nadie, puedo relajarme y decir lo que me plazca...". Así fueron Luis Fernández y Rafael Recio, y así veo a estos dos. Tal vez sea obsesión mía, no sé.

En cualquier caso, aplaudo la apuesta de Marca TV por el fútbol-sala, emitiendo un partido de liga semanal y ahora la Copa de España. También agradezco a Luis Fernández y a Rafael Recio las palabras de cariño que siempre tuvieron con este deporte. Y, ya que estamos, aprovecho para mandar un abrazo al gran Eduardo Navarrete, que afirmaba conocerme desde que yo era un crío, cuando empezaba en esto del fútbol-sala.

Detesto la regla del portero-jugador


Todos los clubes tuvimos nuestras reservas, al igual que con tantas y tantas reglas que se han ido introduciendo en los últimos años y que, pese a no satisfacer a nadie, incomprensiblemente siguen adelante. Un ejemplo claro es el saque de banda y córner con el pie. Tremendo.

El portero-jugador es algo que muy pocos equipos hacen bien. Y lo saben. Sólo he visto hacerlo realmente bien a ElPozo de Duda, remontando resultados adversos. El resto, se limitan a perder treinta segundos moviendo el balón entre el mencionado portero-jugador y su compañero situado en el ala izquierda o derecha. Tras medio minuto perdido, buscan sorprender con un balón rápido al primer o segundo palo que casi siempre es interceptado por la zaga rival, quien rápidamente tira de portería a portería y ... ¡huy! A la segunda, otro ¡huy!, y a la tercera, ¡gol!. Ibas perdiendo 3-2 faltando tres minutos y te vas a casa 6-2.

Se remontaban más partidos antes de que existiera la regla. Antes, perdías por un gol faltando cuatro minutos, y luchabas hasta el final, obteniendo réditos en no pocas ocasiones. Ahora, si pierdes 4-3 faltando cuatro minutos, el marcador reflejará un 6-3 faltando tres.

Y os preguntaréis: si tan malo es, ¿por qué los entrenadores apuestan por ello en los minutos clave del partido? Yo tampoco lo entiendo...

Hoy, Manacor ha acabado perdiendo 6-0. Tal vez podría haber sido diferente sin portero-jugador.

miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Saldremos de la crisis? ¿De cuál de ellas?

He recibido diversos comentarios y mensajes preguntándome por el sueño que os conté en mi última entrada. Coincidís todos en la creencia de que se trataba de un sueño real. No, nunca soñé eso. Fue una mentira (o relato de ficción) que fui inventando sobre la marcha.

En otro orden de cosas, cada vez estoy más convencido de que, en España, nunca saldremos de la crisis. Y, tras buscar la definición de la palabra, cada vez tengo menos dudas. Al parecer, el matiz clave en la palabra crisis, la letra pequeña dentro de la propia palabra, es su carácter sobrevenido, puntual, como actor secundario en la cíclica secuencia de la existencia: partimos de que las cosas van bien, después viene una crisis (puntual), se resuelve (con mayor o menor demora), volvemos a la normalidad, vuelve otra crisis, y así sucesivamente hasta que se cumplan las predicciones científicas de los documentales del Canal de Historia, y reviente la Tierra como el Lagarto de Jaén.

Comprendida esta definición, pondero que nuestro país nunca saldrá de la crisis, sencillamente porque (aunque es obvio que la situación económica es mala), nuestro verdadero problema no es una crisis. En realidad, adolecemos de un mal endémico del que difícilmente seremos capaces, a largo plazo, de curarnos. ¿Y cuál es ese mal? Sin ir más lejos, nuestra forma de ser; nuestra forma de pensar, de vivir, de mirarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean.

Muchas cosas tienen que ocurrir para que dejemos de ser ese país de charanga y pandereta. Ese país que, al europeo medio, le provoca una sonrisa escuchar su nombre. "Oh, España, los toros, la fiesta, la siesta, paella...". ¿Acaso cuando pensáis en Alemania lo primero que os viene a la cabeza son las salchichas Frankfurt y la cerveza? Dúdolo...

Y no paramos de quejarnos. Y no dejamos de culpar al gobierno de turno de todos nuestros males. Coyunturalmente, al estar la izquierda en el poder, las quejas se hacen más unánimes, parece que todo va peor, al ser éste un país abiertamente girado a la derecha. Pero todo sigue igual.

Porque somos capaces de, en la misma conversación, protestar por lo mal que lo está haciendo ZP con la economía y, a continuación, interesarnos por si alguno de esos pisitos está todavía sin vender, "no es que yo quiera cambiarme de casa... es por invertir...".

Porque todos queremos ser funcionarios: "tío, eso sí que es vida... trabajar de ocho a tres, no dar palo al agua...".

Porque siempre tenemos presente aquello de "si los demás lo hacen, no voy a ser yo el más tonto...", construyendo unos índices de economía sumergida que asustarían si fuéramos capaces de sondear los fondos marinos. Una vez más, en la misma conversación, diremos "hay que ver, qué mal ha gestionado las arcas públicas ZP...", y a continuación "...sí, yo tengo algunos conocidos a los que hago chapucillas y me saco un sobresueldo". No entiendo nada.

Para colmo, desde algunos sectores se juzga negativamente el éxodo de españoles a Alemania, iniciado tras el llamamiento del gobierno de Merkel a jóvenes cualificados en paro. Nos lamentaremos: "...qué mal está todo; llevo muchos meses sin encontrar trabajo...", y unos minutos después: "... aaaay, yo no me voy de España, que aquí se vive muy bien... y tener que aprender idiomas, ¡quita!, ¡quita!".

Cuando un país se sostiene con palicos y cañicas como el nuestro, el aleteo de una mariposa en Chile nos coloca a la deriva. Y cuando los demás avistan tierra, nosotros estamos de cañas y tapas en alta mar.

Mientras tanto, el líder de la oposición pone sus cartas boca arriba y nos explica cómo rescatará al país: privatizando todo lo privatizable (se esperaba), y desatando una nueva burbuja inmobiliaria. Nos echamos las manos a la cabeza, ¿verdad? ¿No hemos aprendido nada de esta crisis? Tal vez sí. Tal vez hemos aprendido que no tenemos solución y habremos de vivir a base de burbujas. Hasta que el Lagarto encienda la mecha.

martes, 1 de febrero de 2011

De viaje

Era temprano. Muy temprano. Y hacía mucho calor. A esas horas ya superábamos los 30ºC. Me desperté nervioso y sudando, como es preceptivo en estas ocasiones en las que aguarda lo inesperado. Cuando no sabemos qué nos va a deparar el futuro. Nos despertamos y vemos la maleta ahí al lado, abierta y casi llena, esperando recibir los últimos objetos y escuchar el silbido característico de la cremallera que la rodea.

El camino al aeropuerto no era largo, podíamos ir andando. ¿Cuántos vivís en ciudades cuyo aeropuerto está en el centro? Tal vez el estruendoso ruido era un grave inconveniente, pero yo no solía escuchar ni una mosca. Quizá me estaba quedando sordo.

Rehén de la ansiedad, no era capaz de estar un momento quieto mientras esperábamos nuestro turno para embarcar. Me esperaba un nuevo trabajo, una nueva vida. Y no sólo a mí, pues mi aventurero traslado acarreaba la mudanza familiar al completo. Arriesgábamos, sí, pero no teníamos nada que perder. La puta crisis estaba acabando con todos y nuestro país se desertizaba progresivamente: la vegetación y las personas se volatilizaban a partes iguales.

El idioma era lo que más me atormentaba. Y también el arquetípico carácter alemán. Su sobriedad, su imperturbabilidad. Sentía que mi condición de español iba a condicionar, en grado sumo, el trato que iba a recibir.

Me dediqué durante todo el vuelo a practicar alemán con las azafatas y con todo aquel pasajero que midiera más de 1,80 y/o fuera rubio. En caso extremo, cualquier incauto de procedencia aleatoria que me cruzara la mirada era pasto de mis llamas dialécticas. Cuando me veía acorralado y no era capaz de expresarme con claridad, cambiaba de idioma, haciendo uso del inglés, francés, italiano, portugués o ruso. Todos ellos los dominaba con maestría.

Alcanzada la velocidad de crucero, el clamor popular de los pasajeros solicitaba al piloto (Manolo) que pusiera Goles, el programa de Pedro Pablo Parrado. Y durante la siguiente media hora fuimos entretenidos con la previa del Sevilla - Real Madrid, partido que inauguraría la primera jornada del Campeonato Nacional de Liga.

Nos sirvieron la cena: completísima ensalada con tomate, lechuga, maíz, jamón york, salchicha frankfurt (para irnos aclimatando), pimientos de Padrón, huevo cocido, atún, palmito, alcaparras y queso fresco. Para beber, jarras de cerveza de 750ml., servidas por las azafatas que se habían vestido para la ocasión.

El característico sonido telegráfico que suele acompañar a la narración del gol, puso en alerta a la totalidad del pasaje. ¿Se adelantaba el Sevilla? ¿Era el Madrid quien marcaba? Minutos después, seguía la musiquilla y manteníamos la incógnita.

En mis siguientes recuerdos, desaparecían los pasajeros, las azafatas y Manolo. Notaba una gruesa sábana que me daba calor. La sábana era arropada por una manta y ésta a su vez por más mantas.

Pulsé el botoncito largo y se detuvo el aviso de gol. Abrí los ojos. Recordé con nostalgia a Parrado y me invadió una profunda desazón. Pese al miedo y la angustia, mi subconsciente soñaba con un cambio de vida y empezaba a sentir curiosidad. Necesitaba saber dónde acababa todo aquello. Mañana habrá otra noche. Espero volver donde lo dejé.

Al menos, espero que terminemos de oír el partido.

domingo, 30 de enero de 2011

Periodismo del siglo XXI

El Mundo del Siglo XXI ha estrenado hoy una colección que enriquecerá de sabiduría sus bibliotecas y sobremesas: Las Claves de la Ciencia, dirigida por Eduardo Punset.

El primer volumen trata el origen del universo, ofreciéndonos una ingente cantidad de datos curiosos e imágenes sorprendentes, siempre desde el rigor y la amenidad que caracterizan al escritor -entre otras muchas facetas- catalán.

Temprano, he bajado al kiosko para hacerme con el libro. Venía acompañado de un periódico que he hojeado sin demasiado interés -salvo la entrevista con Rajoy que me la he empapado entera-, y un plástico transparente que contenía en su interior una revista denominada Magazine ejerciendo de suplemento.

La portada del mencionado Magazine nos proponía un ejercicio comparativo entre dos de los rostros más populares del panorama político: Rajoy y Rubalcaba, para el cual el avispado periodista había sustraído el pelo de la cabeza de aquél, para colocárselo a éste. Debajo, un subtítulo que evocaba tiempos pretéritos, cuando Joaquín Almunia luchaba por llegar a la Moncloa: CALVICIE Y PODER - España se resiste a elegir como presidente a un político con poco pelo.

¿Ya estamos otra vez con eso? ¿Con que los calvos no pueden presidir un gobierno? ¿Acaso las mejores ideas políticas emanan del cabello del gobernante? Rubalcaba no está rapado al cero, ¿no puede obtener buenas ideas del pelo que tiene sobre las orejas?

En páginas interiores, le dedican una página a cada uno de los cuatro presidentes electos de la democracia: Zapatero, Aznar, González y Suárez, mostrando una foto no manipulada -en pequeñito-, y a continuación, en grande, un hábil montaje en el que lucen una brillante calvorota. Otro gallo les habría cantado a los mandatarios, insinúa el panfleto, de haber sido ésta su apariencia real.

Señores, vamos a ser un poquito más serios. Que se ve demasiado el plumero.

Muy diferente era el debate suscitado hace un par de años acerca de la posibilidad de que Estados Unidos tuviera un presidente negro. El racismo en aquel país es una lacra social que, a día de hoy, dista mucho de estar superada. Aunque asumíamos que el color de la piel no condiciona las aptitudes para el cargo, no éramos ajenos al déficit de votantes con el que partía Obama. Había una explicación no exenta de lógica.

¿Pero la calvicie? Sinceramente, no es el tipo de estudio que espero encontrar en "la prensa seria".

Ya espero impaciente las inminentes secuelas: "Se demuestra que el 43% de los líderes políticos que llevan mal puesto el nudo de la corbata no son capaces de anticipar las dimensiones de una crisis" o "¿para cuando una ministra buenorra?".

sábado, 29 de enero de 2011

La habilidad en el recorte

Tras mis dos últimos artículos, ambos de marcado carácter futbolero, apuesto a que el 95% habéis encarado éste convencidos, por su título, de que os iba a deleitar con las mejores filigranas de El Buitre.

No van por ahí los tiros.

Hemos asistido en las últimas semanas al apretamiento de cinturón que sugieren las medidas adoptadas por el Gobierno de la Región de Murcia, de la mano de su presidente Ramón Luis Valcárcel. Como medidas más impopulares, destacan el aumento en la jornada laboral de los funcionarios, pasando de 35 a 37,5 ó 40 horas -en función de si el interfecto está adscrito a dedicación normal o especial-, o algunas otras reformas que afectan principalmente al personal sanitario.

Siempre lo pensaré cien veces antes de juzgar negativamente la actuación de un gobierno, sea nacional o regional, en lo que a este tipo de actuaciones respecta. Asumo que no hay medida más impopular y que castigue más a un gobierno que reducir privilegios al votante. Cuando lo hacen, por algo será, siempre me digo. Ésta no es una excepción.

El asunto seguirá dando de qué hablar en las próxmas semanas. Asistiremos a la evolución del programa de recortes, que probablemente se verá modificado tras las correspondientes negociaciones con los sindicatos.

Por otra parte, hoy he leído una nota de prensa que, cuanto menos, invita a la reflexión: La Región de Murcia concentra el 8,1% de las autovías autonómicas españolas 

Y me pregunto: ¿no parece haber una cierta colisión entre una noticia y otra? ¿Es compatible promover recortes porque estamos en crisis y, paralelamente, exponer públicamente el buen trabajo que se está haciendo en la construcción de carreteras? ¿Es imprescindible que el desplazamiento entre dos pueblos cualesquiera discurra por autovía?

Como usuario del sistema de carreteras, me favorece el ahorro de algunos minutos en el trayecto de Murcia al Puerto de Mazarrón desde que se abrió el tramo de autovía de Totana a Mazarrón; pero si estos avances son a costa de poner en peligro la continuidad del estado del bienestar en la Región, tal vez prefiera seguir yendo por la comarcal de toda la vida.

¿Qué pensáis? ¿Pensáis que este gasto es un grano de arena en el desierto y, por tanto, carece de sentido cuestionarlo? ¿Consideráis que estas mejoras en las infraestructuras son positivas por el simple hecho de generar empleo?

P.D.: Paradójicamente, la comarca del Altiplano (Jumilla - Yecla), una de las más transitadas de la Región por ser vía de comunicación entre Andalucía y Valencia, es la única que aún no dispone de autovía.

viernes, 28 de enero de 2011

Emmanuel Adebayor: la perla de Argüelles

La redacción de EBDJASA ha tenido acceso a un documento confidencial producto de un estudio elaborado por el diario británico The Sun. Todavía se desconoce si esta investigación verá finalmente la luz. En ella, estudian a fondo los movimientos de decenas de jugadores procedentes de diversas zonas de Madrid -y no sólo de la capital de España: Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha, entre otras regiones-, implicados en una compleja trama de cambios de identidad y falsedad documental.

Emmanuel Adebayor es uno de ellos. El ahora conocido como jugador togolés, en realidad es Manuel Adeva Llor. De padre toledano y madre alicantina, nació y se crió en el barrio madrileño de Argüelles, lugar donde dio sus primeras patadas a un balón espoleado por su tío, el que fuera jugador profesional de fútbol-sala Antonio Adeva, internacional con la selección española en un montón (¡viva la precisión periodística!) de ocasiones.

La mala gestión de la cantera, pronto le cerraría las puertas del éxito en el club de sus amores, el Real Madrid, donde despuntaba en cadetes en el año 1999. Todo cambió el día en que, al salir de un entrenamiento previo al partido de máxima rivalidad contra el cadete del Rayo Vallecano, escuchaba una conversación entre el padre de un compañero y su propio padre, quienes ignoraban que los mensajes que se transmitían marcarían a sus hijos para siempre:

- Si te lo digo yo Juan, que aquí estos críos lo tienen muy difícil, porque Don Lorenzo, ese que tanto te gusta, no les da oportunidades.
- A mí no me gusta, yo estoy deseando que haya elecciones a ver si viene otro mejor...
- Ya, el Florentino ese... el caso es que aquí, o tu crío es negro, o brasileño, o argentino, o de por ahí fuera, o no lo quieren. Convéncete Juan, convéncete...
- Sí, si puede que tengas razón, pero bueno, qué le vamos a hacer; mi crío es de Argüelles, y siempre será de Argüelles...

Really?

El bueno de Manuel estuvo noches sin dormir. ¿Estaba perdiendo el tiempo? Tuvo serios problemas para mantener la concentración y ante el Rayo Vallecano tuvo que ser sustituido en el descanso. Perdieron 3-0.

Y decidió dar un giro a su vida. Conoció a unos tipos de su barrio -un tanto pintorescos- quienes le proporcionaron lo que necesitaba: pintura negra de la que no se va y un chute hormonal que cambió su fisonomía, haciéndolo más corpulento de forma progresiva. El siguiente paso fue raparse al cero y plantar en su cabeza semillas de rasta de las caras, de las que crecen rápido. En pocos días lucía un atractivo peinado.

Hizo las maletas una fría mañana de noviembre de 1999 y se marchó de casa, solo, rumbo a la vecina Francia. Allí, esperaba llegar a Metz tras una larga odisea, que incluiría la concatenación de muy diversas líneas de autobús. Había depositado todas sus esperanzas en Jean-François Dubois, entrenador del equipo cadete del Metz contra el que se había enfrentado en un reciente campeonato. El técnico le brindó un cálido recibimiento, le acogió en su casa y se encargó de que no le faltara de nada. Superadas las primeras dificultades -el francés, al ver llamar a su puerta a un gigantesco joven negro, que decía llamarse Manolo, ser madrileño y haber jugado contra él recientemente, no sabía si sacar la escopeta o llamar al manicomio-, todo fueron facilidades para él.

Dubois decidió ayudarle. Le inventó una nacionalidad y un pasado. Buscaron un país africano donde el francés fuera la lengua principal, para que todo fuera más fácil. Y la elección fue Togo. Le incorporó a las categorías inferiores donde le presentó como Emmanuel Adebayor. Nunca, nadie supo la verdad en Metz, ni tampoco en Mónaco, su siguiente destino.

La inyección hormonal que recibió en sus primeros años de negro, le sirvió para despuntar sobremanera en los terrenos de juego franceses. Los éxitos se sucedían sin cesar. Un día, recibió la llamada del Arsenal, y el resto es historia conocida.

En enero del 2011, Manuel Adeva, ha visto su sueño hecho realidad: va a vestir la camiseta del equipo de sus sueños, el equipo que le vio marcar sus primeros goles, esta vez en un Santiago Bernabéu lleno hasta la bandera. El camino ha sido duro, pero ha merecido la pena, debe pensar el togolés.

Sólo él y Dubois conocen la verdad.

Copa del Rey: Ida de las semifinales

Ayer se disputaron los partidos de ida de las dos semifinales de la Copa de Su Majestad El Rey, uno de los trofeos que, junto con la Liga, la Copa de la UEFA, la Copa del Generalísimo y la Copa Korac, se postulaba para ganar el Rayo Vallecano según su recién coronado presidente, José María Ruiz-Mateos, allá por el año 1992.

Sevilla 0 Real Madrid 1

A las 20h, en el Sánchez Pizjuán, se disputaba el partido -a priori- más igualado de los dos. Sevilla - Real Madrid. Los locales se habían conjurado para ganar el partido, por lo civil o por lo criminal. En la que está siendo una temporada muy por debajo de su potencial real, el club deposita ahora gran parte de sus esperanzas en la Copa del Rey para salvar la campaña.

Grabaron una campaña publicitaria, con participación de los jugadores, que había suscitado una justificada polémica en los medios de comunicación en las horas previas al partido. Se les acusaba de incitación a la violencia, y no sin razón. En estos casos, no es infrecuente que alguien malinterprete el mensaje y trascienda las fronteras de lo deportivo. La crispación generada puede derivar en lanzamientos de objetos, invasiones de campo, pedradas a los autocares, entre otras manifestaciones. Sabemos que estas cosas pasan y es un grave error alimentarlas. Al igual que yo no me bebo una botella de whisky antes de emprender un viaje por carretera, los clubes no deben enviar este tipo de mensajes a sus aficionados.

Las provocaciones en portugués, sobraban. Hay que dejar que sea la muchedumbre de la grada quien juzgue con sus silbidos y abucheos al equipo rival, o a su técnico en este caso.

Y, quien me conoce, sabe que no es exactamente saltar de alegría lo que hago cuando marca Zerresiete. Pero procuro ser objetivo.

El gol fantasma

Al filo del descanso, Albiol saca un balón sobre la línea de gol.

El árbitro acierta. Da igual si el balón entra o no. El árbitro acierta. ¿Por qué? Pues sencillamente porque después de ver dieciséis repeticiones es casi imposible asegurar si el balón traspasa completamente la línea. En tiempo real, un ser humano (el árbitro) no puede ser capaz de emitir un juicio firme e inequívoco sobre el lance. El reglamento dice que no debe conceder gol si no está seguro de ello. Y el sentido común -al menos el mío-, en esto concuerda con el reglamento, sin duda.

Mi buen amigo Agustín analizaba la jugada con su habitual rigor:

A la izquierda os muestro uno de los croquis que dibujó para representar la situación. Observad como esa máxima que dice que "si se ve césped entre el balón y la línea, es gol", en este caso se cae por los suelos. Y todo se debe a que el balón es redondo. Hay verde entre el esférico y la cal, pero la proyección vertical de la parte más exterior del balón cae sobre la línea de cal. Por tanto parece que no entra.

¡Uf! ¡Qué complicado!

Y ahora es cuando toca hablar de la tecnología. Me resulta fascinante comprobar que los adelantos tecnológicos contribuyen a mejorar un sistema, en cualquier ámbito. Celebré en su momento el ojo del halcón del tenis, y el instant replay en baloncesto. Desde su puesta en marcha, ambos sistemas han impartido justicia y colaborado en la descrispación de los ánimos en las pistas. ¿Y en fútbol qué? ¿Por qué no? ¿Acaso no hay dinero para innovar? Evidentemente sí lo hay. ¿Qué intereses tienen FIFA/UEFA en que todo siga igual? ¿Nos están queriendo decir que el fútbol vende gracias a la polémica? La mayoría de los aficionados que van al estadio, ¿acuden ansiosos por ver penaltis inexistentes y fueras de juego no señalados? Me cuesta creerlo, sinceramente. Que la polémica genera mucho juego, de acuerdo. Que la polémica es la salsa del fútbol, nanai.

F.C.Barcelona 5 Almería 0

Cuando todavía estaban estirando los jugadores del Sevilla y del Real Madrid, el Barça ya ganaba 3-0. Y es que comentar los partidos del equipo de Guardiola se está convirtiendo en una reiteración continua: juego rápido, ideas claras, verticalidad, precisión, efectividad. Y un largo etcétera. No se descubrió nada nuevo: este equipo gana los partidos con una solvencia insultante. No tiene rival, hoy por hoy.

En cualquier caso, la final promete ser apasionante. Podemos estar seguros de que los de Mourinho (o los de Manzano) van a vender muy cara su derrota.

miércoles, 26 de enero de 2011

La Ley Sinde o cómo dar palos de ciego

Cuando un porcentaje tan alto de la población se siente afectado por alguna cuestión, se generan abundantes ríos de tinta: los medios escriben y reescriben sobre el asunto, los protagonistas discuten públicamente y la calle opina. Entre todos damos lugar a debates muy interesantes.

La ley Sinde nace como una disposición adicional en el Proyecto de Ley de Economía Sostenible. El objetivo de ésta es modernizar el país, adaptarnos a las exigencias de un entorno cambiante. Reinventarnos. El fin de aquella es proteger la propiedad intelectual. Actuar sobre ese vacío legal que existe actualmente que permite a cualquier ciudadano acumular colecciones de música (y películas, videojuegos, libros, etc.) sin que los autores obtengan compensación alguna.

Hasta aquí, todo suena bien.

En los últimos meses, hemos asistido a continuos cruces de valoraciones presididos por la desinformación, la confusión y el linchamiento gratuito. Los erigidos en representantes de la propiedad intelectual, entre los que incluimos a la SGAE, a exmiembros de la SGAE y a algunos artistas, han persistido en su intento de confundir a la opinión pública, definiendo la figura del internauta como un desaprensivo ladrón que se cuela en casa ajena y la saquea de forma gradual y silenciosa.

Y esto no lo podemos permitir. No debemos consentir que nos conviertan en promotores de la cultura del todo gratis, como algunos han declarado. Nadie cree que todo deba ser gratis, salvo una minoría irreductible que, gracias al matemático funcionamiento de la estadística y la probabilidad, siempre encontraremos donde quiera que vayamos.

Por otra parte, la posición del todavía presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Álex de la Iglesia, ha ido evolucionando en las últimas semanas. Asistió con ciertas reservas a una reunión con un grupo de representantes de los internautas, la víspera de Nochevieja. Allí esperaba encontrarse un pelotón de fusilamiento disparando absurdos y estólidos argumentos contra la ley Sinde, indignados por no poder actualizar sus pobladas estanterías con los últimos éxitos del panorama musical.

Y se sorprendió. Se encontró con un grupo de personas cargado de sensatez y muy consciente del entorno social y tecnológico en el que se mueve. Allí había abogados (expertos en derecho informático), empresarios, gurús del marketing. Gente que ha desarrollado proyectos con éxito en Internet. No se encontró, como muchos esperaban, con una cuadrilla de Enjutos Mojamutos protestando con tanta torpeza como escasa base argumental.

Hubo un antes y un después de esa reunión. Álex escuchó lo que le transmitieron. Se respiró un clima de trabajo en equipo. Entre todos, sacaron una conclusión cristalina: los tiempos han cambiado, y tenemos que reinventarnos. Hay que redefinir los modelos de negocio culturales. Y esto no va a ser fácil ni rápido. Hay que buscar nuevas formas de remunerar a los autores. Llegar a acuerdos con las productoras, las discográficas, las telecos y los usuarios. Insisto, es difícil, pero cosas más difíciles se han resuelto.

Unos días después, Pilar Bardem escribe este artículo. ¿Pero es que no hemos entendido nada de todo esto?

El día siete de enero, la Ministra de Cultura convoca una nueva reunión. Esta vez, en lugar de seleccionar una concurrencia que represente a todos los espectros de opinión para así fomentar un diálogo constructivo, convoca a trece o catorce defensores recalcitrantes de la ley Sinde y a un cabeza de turco llamado Amador Fernández-Savater, reconocido defensor de la cultura libre. El objetivo teórico: buscar soluciones. El objetivo subyacente: reafirmarse en su posición. Como la unión hace la fuerza, a este nos lo comemos con patatas, pensarían. Increíble. Amador nos cuenta lo que vivió en esa reunión en un artículo muy interesante.

Álex se va dando cuenta de la Ministra no pretendía que en aquella primera reunión con los internautas se buscaran soluciones. Sólo darle un poco de voz (nunca voto) al pueblo en todo este asunto. Para venderles la burra y ganar algo de tiempo. Él no está ahí para esto.

Y dimite. Porque ha entendido que con esta ley sólo estamos dando palos de ciego. Porque en los años 90 una disposición judicial cerró el Napster. Pocos días después teníamos el WinMX, el Kazaa, el Audiogalaxy, Edonkey, Emule, Bit Torrent. Y ahora las descargas directas. No acabas con la mal llamada piratería cerrando cuatro webs. Ni de coña.

Como siempre, dejemos pasar un tiempo, a ver qué pasa.

¿Vosotros creéis que se ha resuelto algo con la ley Sinde?

martes, 25 de enero de 2011

Correr es muy caro

Como bien sabéis algunos e ignoráis otros, el martes es, desde hace varios años, el día elegido para salir a comer por ahí con los compañeros del trabajo. El resto de días (de lunes a jueves), comemos en el trabajo, pues trabajamos a 30km de casa y todavía no existe un medio de transporte que convierta este tránsito en la alternativa óptima para las dos horas libres que la empresa nos concede a mediodía.

Esta vez no voy a decir aquello de "tal vez otro día os cuente cómo el martes se convirtió en el día D". Lo explicaré aquí y ahora: allá por el año 2007, mi buen compañero y amigo Pablete (también conocido como Pablo) y yo, asistíamos con regularidad a la sala de fitness de la empresa, también conocida como el gimnasio, rentabilizando al máximo el ya mencionado intervalo de dos horas.

Un buen día, Rei, nuestro adorado monitor (también conocido como Reinaldo), nos explicaba que estaba intentando constituir un grupo para una nueva actividad periódica: spinning, o como él lo llamó en aquel momento: ciclo-indoor.

Inciso: ahí comprendí la utilidad de los neologismos para los especialistas en una materia:  diferenciarse de la plebe. Cuando nadie sabía lo que significaba spinning, ellos lo decían sin cesar, colaban la palabra en todas las conversaciones ("Acabo de ver a tu sobrino", "claro, vendría de hacer spinning", "mmm... ¡pero si tu sobrino tiene cuatro meses!..."), ganándose con todo merecimiento la admiración del profano. Ahora que la palabrita es casi tan conocida como Bollycao o Scalextric, ellos tienen que seguir justificando su sueldo. Y se inventan otra para transmitir lo mismo. Cosas de la vida.

Nos subimos a la bicicleta unas dos o tres semanas. O lo que es lo mismo, unas dos o tres veces. Hasta que reparamos en un importante detalle. Un día, Pablete me dijo: "oye tío... esto del spinning... cansa mucho, ¿no?", "¡Joooder! ¡¡Que si cansa!!". Las semanas siguientes buscamos la forma de escaquearnos. ¿Buscabais la forma?, exclamaréis sorprendidos, echando la cabeza hacia atrás y pegando la barbilla al esternón. Era tan sencillo como no entrar, y punto, ¿no? Pues no era tan sencillo, no, porque si en la clase éramos cuatro y la mitad hacía novillos, el bueno de Rei, de cierta propensión al escaqueo, veía el túnel que franqueaba su escapatoria, cual Andy Dufresne (pronúnciese Dufréin), y cancelaba la clase.

Inciso-2: ¿por qué lo llaman clase? ¿Qué enseñan? Alguien me dijo una vez que "se llama clase porque el monitor se pone de cara a los asistentes". Desde entonces llamo profesores a los camareros.

Y así comenzaron las comidas de los martes. Pablete y yo, que tenemos tan buen corazón, no sabíamos decir que no, y entrábamos una y otra vez a la dichosa salita a practicar ese desganado pedaleo que nos caracterizaba. ¿Y qué hicimos? Pensar. ¿Cuál es la forma más fácil de rehusar la invitación a la clase de spinning? Ésta es fácil: no estando presente cuando recibes la invitación. ¿Y qué mejor forma de no estar presente en un sitio? Estando presente en otro sitio (me acabo de lucir). ¿Y cuál es el sitio en el que mejor damos la talla? Pues está claro: comiendo y bebiendo, actividades en las que despuntamos sobremanera gracias a haber completado un meticuloso plan de entrenamiento progresivo, durante muchos años.

Terminamos por hoy. Ah, sí, se me olvidaba un detalle. Correr es muy caro. Pablete ha estado a punto de convencernos de que la práctica amateur del ciclismo es mucho más barata que salir a correr. Incluso ha sido capaz de razonarlo. Lo que no consiga la comida del martes...

lunes, 24 de enero de 2011

Sobre lunes y ciclos

Hoy es lunes, ¿verdad? Reina la apatía. Y con ella la dejadez, los gestos torcidos, la desidia, las pocas ganas de vivir.

Mañana y pasado, estaremos algo más integrados en la sociedad, en nuestro entorno. Tal vez incluso produzcamos algo.

El jueves nos levantaremos pensando "mañana es viernes", y empezaremos a sentir esa ansiedad que provoca la impaciencia.

Y de repente... ¡TACHANNN! Llega el viernes. Ese día en el que los dolores crónicos desaparecen, o se convierten en una caricatura de sí mismos. Hacemos planes. Somos felices. Se nos pasa el día de trabajo despacio, pero no nos importa. Mantenemos esa pánfila sonrisa en el rostro. Salimos de trabajar y disfrutamos muchísimo del fin de semana. Nos hartamos de alcohol, de comer, de reír, de fumar, de hacer planes de futuro. Disfrutamos de la vida. No queremos que el tiempo pase.

Y vuelta a empezar.

Volvemos a ese día llamado lunes en el que volvemos a escuchar las mismas cosas de las mismas personas en el mismo sitio y a la misma hora. A medida que nuestra edad aumenta, la imaginación se reduce. Nos dedicamos a repetir las mismas conversaciones, una y otra vez. "¿Qué? ¿Cómo vas?", "Pues de lunes", "Ya ves". De nuevo reina la apatía, la desidia, y todo aquello...

Y tal vez os estéis preguntando, ¿dónde quieres ir a parar, adorado bloguero? Pues el mensaje es sencillo. ¿Cómo the hell somos capaces de sobredimensionar tanto nuestras emociones? ¿Acaso el viernes cuando tan dichosos nos sentíamos no éramos conscientes de la proximidad de un nuevo lunes? Y cuando llega éste, ¿no somos capaces de hacernos cargo de la incuestionable finitud de la semana? Pues parece ser que no. Hay una frase muy repetida por los futbolistas (algún día analizaremos su siempre chispeante verborrea) que reza así: "ni somos tan buenos ahora, ni éramos tan malos antes". Generalmente, suelen decirla tras recibir cera y elogios, a partes iguales, en un corto espacio de tiempo.

Poco tienen que enseñarnos estos profesionales fuera del terreno de juego. Pero si somos capaces de metaforizar esta frase y aplicarnos al cuento, otro gallo nos cantará. ¡Salgamos el lunes de la cama con optimismo! Estamos vivos, nuestra vida está cargada de matices de los que enorgullecernos, en los que apoyarnos y con los que disfrutar.

Démonos cuenta de que el pesimismo no nos ayuda en nada. Los mecanismos de sobreprotección (me mentalizo de que todo me irá mal, y así el día que efectivamente me vaya mal no me llevo sorpresas) nos perjudican más que nos ayudan, pues transcurriremos por nuestros días cargados de malas sensaciones.

Aquellos que ya habéis rebasado la treintena, ¿tenéis la sensación de que los años avanzan ahora más rápido que antes? Seguro que incluso os cuesta creeros la edad que tenéis. Y todo viene por lo mismo: la mayor parte de los días de nuestra vida estamos deseando que pasen rápido.

Alguien dijo alguna vez que la vida es lo que pasa mientras esperamos que ocurra algo...

domingo, 23 de enero de 2011

Mi primera carrera Chispas

Os acordáis del anuncio aquél, ¿no?

Como ayer os anticipé, hoy era la primera vez que hacía una carrera de orientación en solitario. Llevamos un par de años participando por parejas, pese a no existir esta modalidad. La organización de las pruebas te permite juntarte con otro corredor siempre y cuando te inscribas en una de las categorías abiertas: OPEN-ROJO, OPEN-AMARILLO u OPEN-NARANJA.

En estos años, nos hemos caracterizado por hacer un agradecido servicio a la comunidad: no permitimos que nadie quede último. Adivináis cómo, ¿verdad?

Hoy, no tenía claro qué ropa era la más adecuada. Si hubiera sido una carrera popular, la decisión habría sido sencilla: la ropa de correr. De haberse tratado de una prueba de orientación por la montaña, no habría dudado: mi habitual pantalón de chándal (que, por cierto, lo llevo cedido de la cintura; los cordones me proporcionan sujeción cero y, de vez en cuando, la gravedad hace su trabajo: noto un cierto frescor subir pantorrilla arriba, me tropiezo y me caigo; bueno, ya sabéis que soy un poco exagerado, pero os hacéis una idea) de montaña y mi clásica sudadera gris de los Sonics (equipo con el que no me une ningún vínculo sentimental o de otra índole: me la compré porque era de las más baratas de la tienda).

Al tratarse de una confusa mezcla entre carrera popular urbana y prueba de orientación montañera, no sabía qué hacer. Al final, he optado por las mallas de correr (I feel so sexy...) y dos mangas (en la parte del pescuezo), pues hacía un frío del carallo.

Y vaya si hacía frío, vive José Antonio Maldonado. Cuando he salido de la cama y recibido la internáutica noticia de que rondábamos los 0ºC he sabido que íbamos a cagar las plumas. Tenía tanto frío, que he estado a punto de irme en pijama. De hecho, ayer tenía tanto frío cuando fui a ponérmelo, que estuve a punto de acostarme con los vaqueros y el jersey que llevaba. La historia se repite, una y otra vez, con el frío como inoportuno protagonista; gracias a haber derrochado valentía y arrojo, día tras día, no he ido a participar en la prueba de orientación con el traje de la comunión.

La carrera ha estado muy bien. Creo que he cometido los típicos errores del principiante, especialmente en los primeros minutos, pues he tardado un ratito en ubicarme. Más mental que geográficamente. Una vez clarificada mi posición en el mapa, he encontrado la primera baliza con facilidad, así como las sucesivas... hasta que me he metido en el casco viejo de Molina y no sabía muy bien dónde estaba. He circulado como pollo sin cabezaAgustín) durante unos segundos (decenas) hasta que he conseguido orientarme. Es curioso, creo que me ha salvado la intuición. Y yo que creía que no tenía de eso.

Después, algún error más del que he salido bien airoso (sin ponerme nervioso y buscando algo significativo para reconducir mi camino), he llegado de nuevo al parque, lugar donde he vuelto a liarme buscando la 73 (número que nunca olvidaré) y finalmente he entrado en meta. He hecho un tiempo de unos 36 minutos.

A medida que me acercaba a la meta, iba pensando "¡vaya tiempazo voy a hacer!", "ganar, no ganaré, pero voy a estar ahí arriba fijo" y "bueno, ahora tendré que esperar un rato a que llegue Gema". Nada de eso .Cuando he entrado en meta, Agustín y Gema conversaban animadamente. Los dos habían llegado hacía rato. Pero lejos de llamarme lentorro y paquete (adjetivos de los que me consideraba acreedor), me han animado, pues decían que mi tiempo estaba bastante bien para ser la primera vez. La distancia a recorrer en mi categoría (H21B) era mayor que en la de Gema (D21B), por lo que el desfase en el crono estaba justificado. Estamos a la espera de ver la clasificación definitiva, para ver cómo de mal lo he hecho. Barrunto una meritoria última plaza. Penúltima, a lo sumo, pues no descarto que algún compañero se dejara llevar por las promesas de mejor clima de algún bar, o por su olor a panceta.

Un detalle simpático ha sido el claro desconocimiento de las reglas del juego, por parte de los lugareños. Los molinenses salían esta fría mañana a la calle para dar su paseo dominical y se encontraban decenas de jóvenes (y no tan jóvenes) correteando en mallas por sus calles, con un mapa en la mano. Y claro, les resultaba gracioso. Intentaban ayudar al corredor que, a juicio del lugareño, iba perdido, diciéndole "ahí detrás de la fuente hay una (baliza)", ajenos a que esa baliza que su sagacidad les había llevado a encontrar, con alta probabilidad estaba fuera del recorrido del corredor ayudado.

Del cocido frito de mi suegra, vianda degustada con fruición tras la prueba, hablaremos otro día.

¡Nos vemos!

sábado, 22 de enero de 2011

Nuestra vinoteca habitual

Asistíamos en la mañana de hoy a la siempre enriquecedora disparidad de opiniones de la prensa: mientras aproximadamente un 50% de los columnistas celebraban con diferentes vitoreos nuestro artículo de ayer sobre el vino que tiene Asunción, la otra mitad criticaba con aspereza la ausencia de vinos blancos en el recorrido trazado por nuestra rica geografía vinícola. El dinamismo, una excelente línea argumental y la presencia de innumerables matices entre líneas, eran objeto de halago por parte de los críticos denominados positivistas. Por su parte, el sector de columnistas comúnmente conocidos como vinoblanquistas, apenas sí destacaban algo bueno, tal vez sólo apuntaban a "la muy correcta posición de las comas, que nos han ayudado a leer el texto sin ahogarnos".

La Editorial propietaria de El Blog de Juan Antonio S.A. informa a los vinoblanquistas y al público en general que ya está trabajando en la confección de un artículo que hará las delicias de los fanáticos de esos vinos amarillentos, tan habituales delante del plato de gambas.

Hoy ha sido buen día. Tras la limpieza, el estofado de ternera, ver un rato el partido del Arsenal y tomar un café por ahí, hemos ido a nuestra vinoteca habitual. Nunca habíamos pisado una vinoteca hasta el día en que un compañero del curso de cata de vinos (aquel que hicimos hace un par de años y del que tal vez algún día os hable) nos aconsejó un vino. Éste nos dijo que "el vino xxx es algo grandioso... preguntad por él en vuestra vinoteca habitual". Y, claro, en ese momento pones cara de higo chumbo y le dices "oh, sí, claro; preguntaré por él en una cualquiera de mis diecisiete vinotecas habituales". Que levante la mano el que tenga el Mercadona (o similar) como vinoteca habitual.

Desde aquel día, perseguimos con fervor el sueño de nuestra vida: tener nuestra vinoteca habitual. Y lo conseguimos.

El lugar en cuestión se encuentra en la Calle Saavedra Fajardo (de Murcia), a unos metros del Café del Sol. Se llama Enoteca Casa Rambla. Ahora que pienso, no recuerdo si el fulano aquel dijo vinoteca habitual o enoteca habitual. Da igual, ¿no?

Con las botellas de vino rigurosamente guardadas en una bolsita de plástico, hemos venido a casa a ver al Barça. Y, de nuevo, exhibición futbolística. Pese a sufrir durante unos diez minutos (los últimos cinco de la primera parte y los cinco primeros de la segunda mitad) la presión y alguna que otra ocasión del Racing, el resto del partido ha transcurrido tal y como le gusta a Pep y al barcelonismo. Tal y como nos tiene acostumbrados este equipo: porcentaje de posesión rayando el 100%, maestría con el balón en los pies, juego rápido, ideas claras. Da la impresión de ser un juego de ordenador en modo fácil: basta con pulsar el botón de pase para que el balón vaya directo a un compañero. Sin rodeos y sin posibilidad de perderlo. Impresionante.

Zanjando el tema futbolero, os dejo un enlace a un artículo que me ha gustado. Es difícil hoy en día encontrar columnistas que analicen el fútbol entrando en detalle a nivel táctico, con precisión y claridad. Los periodistas están totalmente abandonados a sus fines comerciales y sólo saben repetir, como loros, las declaraciones de Mourinho y compañía. Otro día podemos hablar de Mourinho. O no, ya veremos.

Y mañana arrancamos la temporada de Orientación. Estaremos en Molina de Segura, primera prueba del calendario. Una cita especial, pues es la primera vez que hacemos la carrera por separado (mi costillita y yo), y por primera vez con licencia federativa. Ya os contaré...

P.D.: Hemos comprado una botella de Viñas del Vero (Somontano) y un Ramón Bilbao (Rioja). Nos han dado a probar un vino del 2000 que no estaba mal, pero no lo hemos comprado porque era demasiado barato. Sospechoso que cueste 5 euros la botella siendo tan viejuno.

viernes, 21 de enero de 2011

El vino de Asunción

Sirva esta primera línea para pedir disculpas a quien haya llegado aquí buscando vino paraguayo.

El cancionero popular español nos dejó este incomparable temazo, en el cual siempre he dudado si decía "el vino que tiene Asunción", "el vino que bebe Asunción" o "el vino que vende Asunción". Preguntado Google por tan crítico particular, el resultado (al 100% escrutado) es: 1) Vende, 6840 hits. 2) Tiene, 5310. 3) Bebe, 284. Lo cual nos lleva a descartar bebe como palabra correcta y a dudar entre vende y tiene. ¿Y ahora qué? ¿Marcamos vende? ¿Nos dejamos llevar por la intuición y decimos tiene? Uf, no sé qué hacer. A Carlos Sobera se le han acabado ya los chascarrillos y nos exige una respuesta inmediata. Allá vamos: "Yo creo que es tiene". "¿La marcamos?". "Sí". Acabamos de ganar 50 millones de euros. ¿O no?

Llega el viernes y, con él, una simpática tradición de religioso cumplimiento (salvo razones de causa mayor como calentársele a uno en exceso el morro en el Kennedy) que instauramos hace algunos meses, mi media naranja y yo: el vino de los viernes.

Es sencillo: llegada a su fin la extenuante semana de trabajo, nos reunimos para tomar un vino antes de cenar. En casa o por ahí, con irregular alternancia. Si es posible acompañarlo con un queso, jamón o aperitivos varios, mejor. Lo importante es degustar uno de los múltiples caldos que nos ofrecen los viñedos españoles, presentes a lo largo y ancho de nuestra geografía. Hablemos un poco de vinos.

Me autodefino como un gran amante del vino, a la vez que me siento representado por la archirrepetida frase: "yo no entiendo de vinos, pero sé el que me gusta y el que no me gusta". A medida que voy probando nuevos vinos, voy construyendo una opinión más consolidada sobre los que, a mi juicio, ofrecen una mejor calidad, consistencia y demás cualidades. Y reduzco mi léxico a los adjetivos es afrutado o cómo sabe a madera.

Las distintas regiones de España nos ofrecen vinos de lo más variado. Rioja y Ribera del Duero copan la mayor parte del terreno. No obstante, hay otras muchísimas regiones que, aún viéndose oscurecidas comercialmente por los dos gigantes, elaboran un producto de altísima calidad.

Un análisis somero de todas las regiones vinícolas españolas merecería un blog entero. He escogido para este artículo una de mis regiones predilectas: el Somontano. De baja producción anual condicionada por su reducida extensión, esta fría región del Pirineo oscense nos ofrece vinos que nada tienen que envidiar a los grandes.

Si tenéis oportunidad, os recomendaría que probarais cualquiera de los vinos de la Bodega Irius, caracterizada por ser una de las más avanzadas de Europa en lo que a métodos de producción se refiere. Tuvimos la oportunidad de visitarla hace algo más de un año y lo que vimos allí fue realmente sorprendente: no interviene la mano humana en prácticamente ningún momento del proceso productivo. Tanto la recolección de la uva como el trasvase del líquido entre barricas, entre otras tareas, son tareas asumidas íntegramente por robots, algo que contraviene con firmeza cualquier acción sindical, pero impresiona al ferviente amante de la tecnología. Para que veáis hasta dónde llegan los adelantos en este rinconcito de las afueras de Barbastro, tienen incluso conexión con un satélite encargado de determinar cuándo llega el momento óptimo para recolectar. El robot recibe la señal celestial y empieza a recoger los granitos de uva, uno a uno. Impresionante.

Pero no sólo de Irius vive el Somontano. Muy recomendable también el Mipanas. Un vino de muy limitada producción y excelente calidad que podéis comprar por Internet. Más sencillos de encontrar por el sur peninsular son Enate y Viñas del Vero. En definitiva, ¡atrévanse a experimentar y no se decepcionarán!

También podríamos hablar de los vinos murcianos, con Bullas, Yecla y Jumilla, como principales estiletes. Desterremos los viejos prejuicios de que los vinos de Jumilla rascan. No dejéis de probar marcas como Castillo de Luzón o Juan Gil.

Y, por hoy, lo dejamos aquí. Sed felices.