Desde el año 2008, cada 15 de mayo se celebra en Chile el Día Nacional del Pisco Chileno. El país austral rinde homenaje en este día a una de sus más antiguas bebidas, no exenta de cierta polémica por aquellas tierras ya que los peruanos reclaman para sí la originalidad del producto.
La realidad, pese a las protestas peruanas, demuestra que la producción de este característico aguardiente de uva en los campos chilenos data del siglo XVI -cuando se realizaron las primeras plantaciones en la ciudad de La Serena- y que su producción anual es ampliamente superior a la obtenida por su vecino del norte.
En España, apenas conocemos el brebaje que hace las delicias del paladar de nuestros amigos chilenos y contribuye de forma positiva a sus procesos digestivos. No obstante, este desconocimiento no es óbice para que respetemos al pueblo chileno y sus tradiciones. ¿Nos causa algún perjuicio que la comunidad chilena residente en nuestro país celebre este día degustando su bebida favorita, sola o mezclada con coca-cola en lo que ellos llaman piscola? Yo diría que no. Tampoco he oído a nadie quejarse, to be honest...
Entonces, ¿por qué a ciertos sectores les incomoda el día de la mujer o el día de los enamorados o el día del orgullo gay, por citar algunos? Hace unos días, el periodista Fernando Jauregui decía en un debate televisivo que no aprobaba la existencia de "el día de lo que sea". En general. ¿Puede haber mayor muestra de rechazo a la libertad de expresión? Desafortunadamente, no es el único que piensa así.
Valoro como una idea de lo más positiva la instauración de una fecha fija en el calendario para dar a conocer una actividad, una reivindicación, un producto o un colectivo, pues la única pretensión que esconden es la petición de reconocimiento/respeto/concienciación al resto de la sociedad. Una vez al año no parece demasiado, ¿verdad?
En algunas ocasiones, estos días nos sirven para aprender que no hay que tildar de minoría a todo aquel movimiento que desconocemos o rechazamos.
Algunos días figuran en el calendario por mera cuestión aniversaria: el día de la Constitución o el 23-F son dos claros ejemplos. Considero altamente positivo que, año tras año, los medios de comunicación nos recuerden con detalle por qué se celebran estos días, qué ocurrió en el día que inició la secuencia de celebraciones. De lo contrario, poco a poco perderíamos la perspectiva histórica, tan necesaria para comprender el presente.
Otros, como el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, procuran levantar la voz sobre temas que en nuestra cabeza ocupan un tercer o cuarto plano. Estos días señalados impiden que olvidemos por completo la existencia de problemas que, si bien no son los más críticos de cuantos nos acechan, no deben ser olvidados
Disponemos de un calendario de días internacionales aquí. Ojalá dentro de unos años asistamos al Día Internacional del Pisco Chileno.
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