miércoles, 9 de marzo de 2011

Para ser conductor de primera: ¡freeeena, freeeena!

Hace unas semanas se anunciaba una nueva medida extraordinaria del gobierno y, como es preceptivo en estos tiempos de gatillo fácil e invariable condena, la maquinaria demagógica se puso en marcha sin demora.

Yo lo confieso: no tengo ni idea de cuánto se va a ahorrar con la nueva limitación de 110 km/h impuesta a partir del 7 de marzo de 2011 en nuestras autovías y autopistas. Tampoco fui invitado a ninguna de las reuniones del gobierno en las que se fraguó la decisión, por tanto, no puedo revelar intenciones ocultas -como el incremento de la recaudación en concepto de multas de tráfico- de la misma. Por lo leído, observado y escuchado en los últimos días y haciendo una estimación, diría que en cada una de esas reuniones había diez o quince millones de personas, pues todo el mundo cree saber sabe a ciencia cierta mucho más de lo que el gobierno ha publicado. Diría que esto ocurre en casi todos los asuntos de cierta repercusión.

Como casi siempre, nada es blanco o negro ni hay una verdad absoluta: todas estas medidas, leyes o anteproyectos de ley están cargadas de un gran número de matices que, observados todos o al menos cuantos están a tu alcance, te dejarán con una interesante confusión si encaras el asunto desde la más rigurosa objetividad. ¡Ay, amigos! ¡Cuán difícil es esto último! ¿Verdad?

Yo procuro ser objetivo. No es fácil, pero lo intento. Y de resultas de esta imparcialidad surge la verdadera duda. ¿Realmente se va a ahorrar algo con esta medida? No sé, parece que sí. ¿Tanto como dice el gobierno? En realidad no sé muy bien qué dice el gobierno, porque en tres comparecencias sucesivas el porcentaje de ahorro ha ido menguando. Empezó siendo entre un quince y un once (según si hablamos de gasolina o diésel) y ahora es un tres. ¿O tal vez son porcentajes sobre bases distintas? ¿Lo están explicando como el culo o soy yo que no me entero de nada?

El debate de la calle se construye en torno a los siguientes aspectos (el anidamiento en cada apartado simula una posible discusión entre un partidario y un detractor de la norma; nótese que no siempre comienza el mismo):
  • Hay que tomar alguna medida para reducir el consumo de petróleo.
    • Sí, pero es que del petróleo total que consumimos, sólo una pequeña parte está destinada a medios de transporte.
      • Entonces, dado que en Detroit se consume más cocaína que en Cleveland, ¿renunciamos a combatir el problema de Cleveland hasta que lo erradiquemos en Detroit?

  • Esta no es una medida tan descabellada: actuaciones similares se han puesto en práctica varias veces a lo largo de la historia.
    • Sí, pero eran otros tiempos. En aquella época los coches solían tener cuatro marchas, de manera que una vez colocada la cuarta -siempre antes de los 110 km/h-, cualquier incremento de velocidad implicaba un aumento de consumo. Ahora no necesariamente es así.

  • El gobierno lo hace -que sí, que yo lo sé, que yo era uno de esos diez millones de aquella reunión- para recaudar más dinero en multas.
    • Mucho habría que incrementar las sanciones actuales para compensar el déficit en recaudación de impuestos que se va a producir con esta medida.

  • Pues yo te digo a ti que tanto no se ahorra. Ayer fui a casa de mi suegra a 110 y lo comprobé: no se ahorra tanto.
    • Porque donde realmente se ahorra en combustible no es en la velocidad sino en las revoluciones por minuto. Tal vez redujiste una marcha para llevar el coche más alegre.
      • Claro, porque en mi coche voy a 120 y pongo la sexta, mientras que a 110 tengo que ir en quinta. Uno de los agujeros de la ley es que la clave es el par óptimo del motor y, como cada coche es diferente, no existe una velocidad óptima para el consumo.
        • Cierto, con dos matices: 1) Tu experiencia personal en tu viaje a casa de tu suegra no demuestra nada y 2) Si a 120 vas en sexta, probablemente a 110 también podrías ir en sexta. ¿O es que acaso tu reducción es de 150 a 110?

  • Esta es una medida improvisada. Este gobierno deambula sin rumbo.
    • ¿Improvisa porque toma decisiones no incluidas en el programa electoral de 2008? ¿Aquel programa debió prever cada una de las contingencias de los siguientes cuatro años? ¿Hizo mal en no prever en aquel entonces la crisis africana de 2011? En cualquier caso, ¿improvisar es siempre algo malo?

  • Esto no se soluciona con prohibiciones. ¿Por qué no una campaña de concienciación?
    • Estoy de acuerdo, en parte. Esta medida debe ir acompañada de un despliegue publicitario que nos explique la diferencia entre llevar el coche a 7000 RPM y llevarlo ahogao. Pero sólo con eso conseguiremos poco: ¿cuántas campañas de la DGT han pasado por nuestras pantallas? ¿Recordáis alguna que no pusiera los pelos de punta? ¿Cuándo se pudo afirmar con certeza que el número de víctimas había bajado? Cuando entró en vigor el carné por puntos. Sólo funcionamos a base de palos, así somos.

  • Es que a 110 me aburro, me voy a quedar durmiendo.
    • Ponte la radio. Piensa en tus cosas. Busca formas de mejorar el mundo. Busca formas de mejorar tu vida.


Jugoso debate, qué duda cabe...

Recalco la que para mí es una de las claves: hasta la semana pasada, a 120 km/h en autovía eras adelantado cual tractorcillo en carretera comarcal. Por tanto, una parte importante de los conductores -probablemente los que más se quejan- han de reducir su velocidad media en 20 ó 30 km/h, no en 10. Y claro, molesta el doble o el triple, respectivamente.

Quedaría incompleta esta reflexión sin alguna referencia a uno de los temas estrella de este blog: la manipulación periodística. Ayer, un amigo me hablaba de un reportaje de La Sexta. Sólo con citar el medio, ya veía venir cómo acababa el cuento: se va a ahorrar muchísimo. En la otra acera, todos los estudios coinciden en apuntar lo contrario: la medida es un gravísimo error. Los más irreductibles incluso insinúan que puede ser contraproducente.

Rechazo con rotundidad el comportamiento basado en la generalización constante y sin excepción. En todo este asunto se está abusando de convertir un ejemplo aislado en una demostración fehaciente de cómo son las cosas. También suelo ponerme en guardia cuando una frase comienza por "la gente", especialmente si se conjuga en futuro: "la gente va a seguir yendo a la misma velocidad" al igual que, en otro contexto de reciente actualidad, se decía: "la gente va a dejar de ir a los bares". Especialmente, me irrita la generalización cuando procede de una insignificantemente representativa experiencia personal: "la gente va a seguir corriendo, porque yo ayer..." o en la prensa: "un redactor de nuestro diario fue ayer de Aranjuez a Pinto a 110 y luego volvió a 120, y comprobó que el ahorro era de ...".

Para terminar: si digo que generalizar es malo, ¿estoy generalizando implícitamente pues aseguro que siempre es malo cuando tal vez no siempre lo es? ¿Me estoy metiendo en un bucle infinito?

7 comentarios:

  1. Igual el que se fija en las piruletas con números que hay en la carreras, ahorra algo... pero yo antes iba atento a radares y coches camuflados y ahora voy atento a radares y coches camuflados.
    Cuando de verdad bajé la velocidad es cuando se puso el gasoil por las nubes, entonces no pasaba de 2000 vueltas y ahí sí que se notaba.

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  2. Hombre yo creo que si en realidad no fuera una medida recaudatoria, ¿por qué no en vez de multar cuando pases los 110 km/h quitan algún punto del carnet? ahí nadie tendría dudas de que la medida es solo para ahorrar

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  3. Paco, yo creo que esta nueva ley es coherente con el funcionamiento del carné por puntos: cualquier incumplimiento de una ley de tráfico conlleva una sanción económica y, a partir de una cierta gravedad, la retirada de puntos. ¿Existe acaso alguna infracción por la que te quiten puntos pero no te toquen la cartilla de la Caja Rural de Cuenca?

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  4. Pues no, claro está, todas tienen afán recaudatorio, pero tienen una nueva posibilidad en sus manos, y seguro que sería más efectiva. Siempre ante una infracción nos han tocado la cuenta como dices, pero hasta que no entró el carnet por puntos no se redujeron significativamente los accidentes de tráfico.

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  5. Pero yo no veo las sanciones en general como afán recaudatorio. Es más una cuestión de cómo asegurarnos que la gente cumpla las normas. El castigo más efectivo y el que más nos hará pensárnoslo dos veces antes de cometer una infracción es el que afecta a nuestro dinero. El hecho de que el estado obtenga dinero -que mal no le viene, claro está- de las multas, yo lo veo secundario.

    Al menos esto debería ser así en un estado ideal. Actualmente, el entorno está muy viciado y tal vez esto que digo suena a discurso ingenuo o a demagogia.

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  6. Preguntado sobre el tema de la seguridad, Rubalcaba dijo textualmente: "Esta medida tiene la finalidad de reducir el consumo de combustible. Punto." (lo del punto también lo dijo).

    Y es que, si tuviera algo que ver con la seguridad, no quedaría bien que fuera algo temporal, como se supone que es.

    He leído bastante por internet sobre el tema, y la conclusión es clara: un mismo coche ahorra como mucho un 5% al pasar de 120 a 110. Como vamos a 120 un pequeñísimo porcentaje del tiempo que circulamos con el coche, pues el ahorro va a ser mínimo. Yo, a ojo de buen cubero, apostaría a que no va a llegar ni al 1%. Y eso contando sólo con coches. Si contamos con que esta medida no afecta por ejemplo a camiones, el ahorro prácticamente tenderá a 0.

    De todas formas, esto debería ser fácil de ver pasado sólo un mes, ya que las cifras de combustible que suministran las gasolineras son datos públicos.

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  7. Si donde se gasta más combustible es en los atascos que se producen a las horas puntas de salida/entrada de las grandes ciudades,......pues ¡que quiten los atascos y ya está! :). Desde mi punto de vista es una somera tontería. Si antes estabamos atentos a los radares ahora seguiremos igual y no creo que la medida la respeten muchos conductores (aunque ésta sólo sea para unos meses).

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