viernes, 21 de enero de 2011

El vino de Asunción

Sirva esta primera línea para pedir disculpas a quien haya llegado aquí buscando vino paraguayo.

El cancionero popular español nos dejó este incomparable temazo, en el cual siempre he dudado si decía "el vino que tiene Asunción", "el vino que bebe Asunción" o "el vino que vende Asunción". Preguntado Google por tan crítico particular, el resultado (al 100% escrutado) es: 1) Vende, 6840 hits. 2) Tiene, 5310. 3) Bebe, 284. Lo cual nos lleva a descartar bebe como palabra correcta y a dudar entre vende y tiene. ¿Y ahora qué? ¿Marcamos vende? ¿Nos dejamos llevar por la intuición y decimos tiene? Uf, no sé qué hacer. A Carlos Sobera se le han acabado ya los chascarrillos y nos exige una respuesta inmediata. Allá vamos: "Yo creo que es tiene". "¿La marcamos?". "Sí". Acabamos de ganar 50 millones de euros. ¿O no?

Llega el viernes y, con él, una simpática tradición de religioso cumplimiento (salvo razones de causa mayor como calentársele a uno en exceso el morro en el Kennedy) que instauramos hace algunos meses, mi media naranja y yo: el vino de los viernes.

Es sencillo: llegada a su fin la extenuante semana de trabajo, nos reunimos para tomar un vino antes de cenar. En casa o por ahí, con irregular alternancia. Si es posible acompañarlo con un queso, jamón o aperitivos varios, mejor. Lo importante es degustar uno de los múltiples caldos que nos ofrecen los viñedos españoles, presentes a lo largo y ancho de nuestra geografía. Hablemos un poco de vinos.

Me autodefino como un gran amante del vino, a la vez que me siento representado por la archirrepetida frase: "yo no entiendo de vinos, pero sé el que me gusta y el que no me gusta". A medida que voy probando nuevos vinos, voy construyendo una opinión más consolidada sobre los que, a mi juicio, ofrecen una mejor calidad, consistencia y demás cualidades. Y reduzco mi léxico a los adjetivos es afrutado o cómo sabe a madera.

Las distintas regiones de España nos ofrecen vinos de lo más variado. Rioja y Ribera del Duero copan la mayor parte del terreno. No obstante, hay otras muchísimas regiones que, aún viéndose oscurecidas comercialmente por los dos gigantes, elaboran un producto de altísima calidad.

Un análisis somero de todas las regiones vinícolas españolas merecería un blog entero. He escogido para este artículo una de mis regiones predilectas: el Somontano. De baja producción anual condicionada por su reducida extensión, esta fría región del Pirineo oscense nos ofrece vinos que nada tienen que envidiar a los grandes.

Si tenéis oportunidad, os recomendaría que probarais cualquiera de los vinos de la Bodega Irius, caracterizada por ser una de las más avanzadas de Europa en lo que a métodos de producción se refiere. Tuvimos la oportunidad de visitarla hace algo más de un año y lo que vimos allí fue realmente sorprendente: no interviene la mano humana en prácticamente ningún momento del proceso productivo. Tanto la recolección de la uva como el trasvase del líquido entre barricas, entre otras tareas, son tareas asumidas íntegramente por robots, algo que contraviene con firmeza cualquier acción sindical, pero impresiona al ferviente amante de la tecnología. Para que veáis hasta dónde llegan los adelantos en este rinconcito de las afueras de Barbastro, tienen incluso conexión con un satélite encargado de determinar cuándo llega el momento óptimo para recolectar. El robot recibe la señal celestial y empieza a recoger los granitos de uva, uno a uno. Impresionante.

Pero no sólo de Irius vive el Somontano. Muy recomendable también el Mipanas. Un vino de muy limitada producción y excelente calidad que podéis comprar por Internet. Más sencillos de encontrar por el sur peninsular son Enate y Viñas del Vero. En definitiva, ¡atrévanse a experimentar y no se decepcionarán!

También podríamos hablar de los vinos murcianos, con Bullas, Yecla y Jumilla, como principales estiletes. Desterremos los viejos prejuicios de que los vinos de Jumilla rascan. No dejéis de probar marcas como Castillo de Luzón o Juan Gil.

Y, por hoy, lo dejamos aquí. Sed felices.

3 comentarios:

  1. Jua, jua, desternillante introducción, y genial también el resto; habrá que vover al "uambambuluba" a probar algún otro.

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  2. Hoy hablabas sólo del tinto, no?
    Ah! Vale!

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  3. ¿Que le preguntaste a google? Menuda infamia! Si viniste a preguntarme a mí!!!!
    Me encanta nuestra nueva tradición, espero que perdure for ever and ever

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