domingo, 30 de enero de 2011

Periodismo del siglo XXI

El Mundo del Siglo XXI ha estrenado hoy una colección que enriquecerá de sabiduría sus bibliotecas y sobremesas: Las Claves de la Ciencia, dirigida por Eduardo Punset.

El primer volumen trata el origen del universo, ofreciéndonos una ingente cantidad de datos curiosos e imágenes sorprendentes, siempre desde el rigor y la amenidad que caracterizan al escritor -entre otras muchas facetas- catalán.

Temprano, he bajado al kiosko para hacerme con el libro. Venía acompañado de un periódico que he hojeado sin demasiado interés -salvo la entrevista con Rajoy que me la he empapado entera-, y un plástico transparente que contenía en su interior una revista denominada Magazine ejerciendo de suplemento.

La portada del mencionado Magazine nos proponía un ejercicio comparativo entre dos de los rostros más populares del panorama político: Rajoy y Rubalcaba, para el cual el avispado periodista había sustraído el pelo de la cabeza de aquél, para colocárselo a éste. Debajo, un subtítulo que evocaba tiempos pretéritos, cuando Joaquín Almunia luchaba por llegar a la Moncloa: CALVICIE Y PODER - España se resiste a elegir como presidente a un político con poco pelo.

¿Ya estamos otra vez con eso? ¿Con que los calvos no pueden presidir un gobierno? ¿Acaso las mejores ideas políticas emanan del cabello del gobernante? Rubalcaba no está rapado al cero, ¿no puede obtener buenas ideas del pelo que tiene sobre las orejas?

En páginas interiores, le dedican una página a cada uno de los cuatro presidentes electos de la democracia: Zapatero, Aznar, González y Suárez, mostrando una foto no manipulada -en pequeñito-, y a continuación, en grande, un hábil montaje en el que lucen una brillante calvorota. Otro gallo les habría cantado a los mandatarios, insinúa el panfleto, de haber sido ésta su apariencia real.

Señores, vamos a ser un poquito más serios. Que se ve demasiado el plumero.

Muy diferente era el debate suscitado hace un par de años acerca de la posibilidad de que Estados Unidos tuviera un presidente negro. El racismo en aquel país es una lacra social que, a día de hoy, dista mucho de estar superada. Aunque asumíamos que el color de la piel no condiciona las aptitudes para el cargo, no éramos ajenos al déficit de votantes con el que partía Obama. Había una explicación no exenta de lógica.

¿Pero la calvicie? Sinceramente, no es el tipo de estudio que espero encontrar en "la prensa seria".

Ya espero impaciente las inminentes secuelas: "Se demuestra que el 43% de los líderes políticos que llevan mal puesto el nudo de la corbata no son capaces de anticipar las dimensiones de una crisis" o "¿para cuando una ministra buenorra?".

5 comentarios:

  1. Jua, jua. A ver si me pasas algún día la revista, porque ese "estudio" tengo que leerlo. ¿Incluye un gráfico de correlación entre el número de pelos y el de votos?

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  2. En la sección del Ojo izquierdo, de la SER, esta mañana, que sepas que también han hablado del reportaje del suplemento de El Mundo.
    Yo creo que ha leído tu blog y le ha parecido interesante.

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  3. No es ningún secreto que los calvos son rechazados y odiados por la sociedad, el presidente de la comunidad calva, Larry David, suele explicar de manera brillante las penurias que esta gente sufre a diario

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  4. Larry David ironiza sobre el asunto, pero en la práctica no creo que sea tan importante como dices, el hecho de tener o no tener pelo en el coco.

    No he conocido caso alguno, en toda mi vida, de exclusión, rechazo o ninguneo a un hombre por el hecho de tener poco pelo.

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  5. Parece un tema baladí, pero la imagen de los políticos acaba pesando en el voto más de lo que la gente piensa. Suárez ganó también por guapo, Felipe y Zapatero también tuvieron votos por bien plantaos... El único que nos despista es Aznar... qué le vieron??

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